Anatómicamente, la glándula pineal, en el nivel evolutivo de esta humanidad, es poco más grande que un guisante y ya sabéis que como elemento endocrino produce una serie de hormonas que tienen relación con la sexualidad y el crecimiento, pero su función más importante en realidad no es esa, sino la de nódulo receptor de las energías mentales que provienen de dimensiones superiores, además de propo
rcionar conexiones telepáticas entre seres humanos de distintos o semejantes niveles.
En realidad, esta glándula debería crecer hasta alcanzar un tamaño similar al del globo ocular, sin embargo, en tanto en cuanto los seres humanos no permiten el autodesarrollo de sus hijos, a los que se les niega la posibilidad de elegir, mientras se decide por ellos todo lo referente a su inercia vital, el desarrollo de la glándula se ve interrumpido a partir de los 4/6 años y, en la misma medida en que la cavidad craneal se endurece, en esa misma medida, la glándula pineal se muestra incapaz de aumentar de volumen y alcanzar su total desarrollo. Esa es una de las razones por las que los seres humanos de esta esfera no poseen un cráneo de mayor tamaño y desarrollo y, por consiguiente, una cabeza de mayor volumen y capacidad.
No obstante, quizás la conexión más importante que realiza sea con los archivos akáshicos. Interiormente, está formada por una serie de bastoncillos que se excitan de forma similar a los del globo ocular, aunque por su posición en el cerebro no captan luz exterior; la excitación se produce por la energía mental que recibe. Esta glándula también es un centro emisor, cuando el cerebro no consigue hallar una respuesta después de manejar los parámetros de que dispone, es decir, cuando el cerebro dice “no sé”, entonces busca respuestas fuera y se dirige a centros de información general, lo que se conoce aquí como archivos akáshicos, situados en una de las mallas ionosféricas, un área donde, entre otras cosas, se recopila todo el saber humano acumulado en el estado de evolución actual y que llega allí reflejado por ciertas piedras y cristales.
Una vez recibida la información, pasa por los circuitos cerebrales hasta el consciente, pero ya unida a los procesos generados por el propio cerebro (eso que llaman algunos la voz de la experiencia).
La glándula pineal, aunque se encuentra parcialmente atrofiada, se excita parcialmente por reacción ante situaciones límites del cerebro; una persona racional a ultranza no obtendrá un desarrollo adecuado de la pineal, dado que deja de manejar parámetros importantísimos, como son los derivados de su hemisferio derecho, pero los que hacen lo contrario tienen el mismo problema y esto es importante, porque la creencia general es que los místicos, los que propugnan la anulación de la razón, dejan de utilizar muchos parámetros derivados de la experiencia y de la lógica y, por tanto, la pineal no se excita hasta que el cerebro se inhibe.
Las percepciones físicas y los procesos de razonamiento lógico actúan sobre la pituitaria o hipófisis, haciendo que ésta segregue hormonas, a nivel físico.
A nivel mental, la pituitaria anterior recoge estos impulsos y trasvasa a nivel nervioso la información al hipotálamo, de donde surgen ramificaciones nerviosas que excitan la pituitaria posterior y de ahí, nuevamente surgen energías que inciden sobre la epífisis o pineal, pero lo importante es que es en el hipotálamo donde se producen las influencias energéticas que afectan por vía nerviosa, a la parte posterior y derecha del encéfalo -a través de unas fisuras del córtex- discurren los caminos energéticos por donde fluye la energía mental, que queda reflejada en los electroencefalogramas.
El proceso es más o menos el siguiente: se produce, por ejemplo, una percepción física, esta percepción la recoge la pituitaria anterior después de que ha pasado por la zona del córtex correspondiente, la información, pasa a continuación al hipotálamo donde se transforma en energía mental, digamos “normal”, esa energía excita la pituitaria posterior que aumenta la vibración de la citada energía, lo que produce también una excitación en la pineal, preparándola así para la inmediata respuesta.
La energía aumentada permanece un microinstante en el hipotálamo para pasar por vía nerviosa, a la zona derecha y occipital del cerebro, utilizando para ello las cisuras del córtex, es decir, por un lado va la energía nerviosa y, por las cisuras, la energía mental, para que se produzcan, simultáneamente, efectos físicos y psíquicos, una vez procesada la información por el subconsciente, es decir, contrastada con informaciones almacenadas en la memoria perpetua y uniéndola a la voz de la conciencia (la intuición) y a la voz de la experiencia en esta vida (que se encuentra situada en el llamado sistema reticular del cerebro), envía su información de vuelta para que el consciente la maneje, ¿cómo? pues de la parte derecha y occipital se dirige hacia la pineal, la cual transfiere, reducida en energía normal, lo que era energía “súper”.
La pineal lo hace por medio de los bastoncillos y, una vez reducida la intensidad de la energía, es enviada a la zona izquierda y frontal del cerebro, después de haber permanecido un microinstante en el hipotálamo. La parte que se excita de la pituitaria es la anterior, como puerta de entrada al consciente.
Angel Luis Fernández.