LA CURACIÓN DEL TRAUMA
Tradicionalmente, se ha considerado el trauma como un desorden mental psicológico o psiquiátrico, por lo que la mayoría de las terapias de trauma se dirigen a la mente mediante la palabra o recurren a la medicación. Aunque ambos procedimientos tienen su utilidad, consideramos que el trauma no se cura, ni se curará plenamente, hasta que atendamos al papel esencial que desempeña en este el cuerpo. Debemos comprender de qué forma el cuerpo se ve afectado por el trauma y cuál es su papel en la curación de sus secuelas. Sin esta base, nuestros intentos para superar el trauma serán siempre limitados y parciales.
La clave para curar los síntomas traumáticos en los seres humanos reside en nuestra fisiología instintiva: Ante situaciones de máximo peligro tanto seres humanos como animales disponemos de tres posibles vías de supervivencia: lucha, huida o estado de inmovilidad. Siempre que la situación y nuestras condiciones lo permitan, optamos por una de las dos primeras, descargando así las energías activadas a tal fin. Si las características de la amenaza no permiten ni la lucha ni la huida, y en un estado de impotencia profunda, unos y otros respondemos con la tercera vía, la inmovilidad. El cuerpo literalmente inmoviliza, o “congela” las energías generadas para la acción, a la espera de una futura oportunidad de descarga o desactivación.
Los animales, una vez pasado el peligro, suelen volver rápidamente a la normalidad (descargan la tensión acumulada mediante temblores y sacudidas), mientras que el ser humano tiende a racionalizar el suceso y pasar por alto sus impulsos instintivos. Consigue así cierto control mental sobre la situación pero, en contrapartida, pierde la oportunidad de permitirse la descarga natural de las energías movilizadas para la posible acción defensiva o de huida, y corre el peligro de permanecer en el estado de inmovilidad. Si esta situación se prolonga durante demasiado tiempo, la energía “congelada” no puede ser descargada y la activación del sistema nervioso se hace permanente. Sin un tratamiento eficaz que permita restablecer a corto o medio plazo el equilibrio energético perdido, pueden desarrollarse enfermedades y síntomas – como ansiedad, miedos, ataques de pánico, depresión, migrañas, trastornos de sueño, dolores crónicos, o la incapacidad para relaciones afectivas y sociales.
Basado en más de 30 años de investigación, el Dr. Peter Levine, creador de la terapia Somatic Experiencing®, descubrió que el acceso respetuoso a las reacciones del sistema nervioso permite a las personas entrar de nuevo en contacto con las respuestas instintivas de su cuerpo, y adentrarse en un proceso transformativo que permite la descarga gradual y controlada de las energías movilizadas en un momento peligroso. De manera sutil y segura, y utilizando a los recursos propios del cuerpo, se restaura el equilibrio fisiológico perdido en un momento de crisis y se facilita a los afectados nuevamente la plena integración en la vida. de http://www.somaticexperiencing.es/index.htm
http://www.ninosindigochile.cl/prensa/curareltrauma.pdf
CURAR EL TRAUMA (Síntesis).
…el trauma resuelto es un gran don, nos devuelve al mundo natural del flujo y del
reflujo, de la armonía, del amor y de la compasión.
Cuando no somos capaces de fluir a través del trauma y de concluir las respuestas
instintivas, a menudo, estas acciones incompletas socavan nuestra vida.
La curación del trauma es un proceso natural al que es posible acceder a través de
una conciencia interna del cuerpo.
Cuando nos permitimos experimentar las sensaciones corporales, como el temblor,
que emanan de los síntomas traumáticos, la ansiedad y el desespero pueden
convertirse en un manantial creativo.
El proceso de sanación creativo puede verse bloqueado de distintas maneras: por
el uso de medicación para suprimir los síntomas, mediante un énfasis excesivo en
el ajuste o el control, o por la negación o invalidación de los sentimientos y las
sensaciones.
El trauma no es una sentencia de por vida
Algunos de los alarmantes y con frecuencia extravagantes síntomas que sufren las
personas traumatizadas incluyen:
– imágenes retrospectivas
– ansiedad
– ataques de pánico
– insomnio
– depresión
– problemas psicosomáticos
– falta de sinceridad
– violentos ataques de ira infundados
– comportamientos destructivos repetitivos.
La extraña tierra nueva
Para permanecer sanos, el sistema nervioso y la psique necesitan enfrentarse a los
desafíos y vencerlos.
La Experiencia Somática
Aunque el enfoque chamánico me parece válido y me siento muy agradecido por lo
que aprendí mientras trabajé y enseñé con chamanes de diferentes culturas, el
enfoque de la experiencia somática que presento en este libro no es chamánico.
Con el apoyo de amigos y familiares, adquirimos un poderoso recurso para nuestro
camino de curación.
“En el enfoque chamánico, el chamán le pide al espíritu que regrese al cuerpo. En
la Experiencia Somática, iniciarás tu propia curación al reintegrar partes
fragmentadas o perdidas de tu yo esencial.
Para llevar a cabo esta tarea, necesitas un fuerte deseo de volver a recuperar tu
integridad. Este deseo te servirá de ancla a través de la cual tu alma se
reconectará con tu cuerpo. La curación tendrá lugar cuando elementos congelados
de tu experiencia pasada (que han adoptado la forma de síntomas) sean liberados
de las labores que sirven al trauma; esto te permitirá descongelarte de forma
gradual. Cuando te deshieles, tendrás la posibilidad de ser más funcional y de fluir
más”.
Empecemos a llamar al espíritu para que vuelva al cuerpo
La desconexión entre el cuerpo y el alma es uno de los efectos más importantes
del trauma.
Cómo se comunica el organismo
Para comunicarse, el organismo no sólo utiliza características de los objetos físicos,
también utiliza imágenes que pueden ser fácilmente interpretadas como recuerdos.
La sensación y el sentido de la percepción
Cuando trabajamos con la fisiología, lo primero que debemos reconocer es que el
sentido de la percepción está estrechamente relacionado con la toma de
conciencia. La conciencia significa experimentar lo que está presente sin intentar
cambiarlo o interpretarlo.
Ritmo: todos los hijos de Dios lo tienen
El fenómeno fisiológico ocurre en ciclos. El curso de los ciclos a los que me refiero
se completará en unos minutos a lo sumo, pero esos pocos minutos resultan
esenciales. La manera de advertir estos ritmos es mediante el flujo y reflujo de las
sensaciones corporales, considéralo una herramienta capaz de ayudarte a
conocerte a ti mismo como un organismo complejo, biológico y espiritual.
El sentido de la percepción es sencillo y elegante. Está integrado por la conciencia,
la sensación, la sutileza, la variedad y el ritmo.
Deja que fluya: la renegociación
Nuestras vidas son como ríos. Las corrientes de nuestra experiencia fluyen a través
del tiempo con ciclos periódicos de tranquilidad, perturbación e integración.
Nuestro cuerpo es como los márgenes del río, contiene la energía de nuestra vida
y la mantiene en sus límites a la vez que le permite fluir libremente entre sus
márgenes. Las barreras protectoras de los márgenes nos permiten experimentar,
sin riesgo, nuestro sentido de movimiento y cambio interior.
Utilizando la analogía del río, la conmoción del trauma puede visualizarse como
una fuerza externa que destruye el contenedor que protege (los márgenes) de
nuestra experiencia. Entonces, esta rotura crea un remolino turbulento. Este
remolino tiene lugar fuera de los márgenes del río de nuestra experiencia normal.
Las personas traumatizadas o bien pueden resultar arrastradas en el remolino del
trauma o bien evitar la rotura permaneciendo distanciadas de la zona donde tuvo
lugar (el trauma).
Representamos y revivimos nuestros traumas cuando somos arrastrados hacia el
remolino del trauma, de este modo abrimos la posibilidad para el desbordamiento
emocional y la renovación del trauma, al renegociar el trauma, empezamos a
reparar el margen fracturado mediante círculos que rodean la periferia de los
remolinos de curación del trauma al empezar por el remolino de curación,
recogemos el apoyo y los recursos que necesitamos para superar con éxito el
remolino del trauma.
La valentía de sentir
Si lo que quieres es curarte, el primer paso consiste en abrirte a la posibilidad de
que la verdad literal no es la consideración más importante.
A pesar de la fragmentación que tiene lugar tras el trauma, el organismo retiene
las asociaciones que están conectadas con los incidentes que provocaron su
debilitamiento, no importa si conoces la verdad concreta o no.
Tu tarea consiste en hacerle saber al niño que llorar y temblar son
reacciones normales y sanas.
Advierte en qué momento el niño empieza a orientase de nuevo hacia el mundo
exterior. La orientación es una señal de terminación.
Finalmente, atiende a las respuestas emocionales del niño.
Una vez que el jovencito parezca tranquilo y seguro (no antes, pero después está
bien), destina un tiempo para la narración o la representación del incidente.
Empieza pidiendo que te explique lo que le pasó.
Hazle saber que sea lo que sea lo que siente está bien y que merece atención.
Tres cerebros, una mente
En nuestra exploración del trauma hemos aprendido sobre las energías
primordiales que residen en el núcleo reptil de nuestro cerebro.
Vemos que, para resolver el trauma, debemos aprender a movernos con fluidez
entre el instinto, la emoción y el pensamiento racional.
Cuando estas tres fuentes se hallan en armonía y comunican sensaciones,
sentimientos y cogniciones, nuestro organismo utiliza estas fuentes tal como
fueron diseñadas.
Es importante comprender que las zonas más primitivas de nuestro cerebro no
están exclusivamente orientadas hacia la supervivencia (del mismo modo que
nuestro cerebro más desarrollado no es exclusivamente cognitivo). Aportan una
información vital sobre quiénes somos.
Las raíces del trauma. La desconexión de nuestro sentido de la percepción de la
pertenencia deja que nuestras emociones se pierdan en un vacío de soledad. Deja
que nuestra mente racional cree fantasías que se fundamentan en la desconexión,
en lugar de en la conexión.
En el proceso de la curación del trauma, integramos nuestro cerebro de tríada.
Trauma, Somatic Experiencing and Peter A. Levine PhD
http://www.youtube.com/watch?v=ByalBx85iC8
Peter Levine – 1V
http://vimeo.com/26447287
http://vimeo.com/24661303
http://vimeo.com/25676126
Stephen Porges V1
http://vimeo.com/26592356
Trauma & Tension Releasing Exercises –
http://youtu.be/bPFbXdSGSkc
An Old Teacher, said; “Pay attention, right before the awareness of intuition – there is a movement (slight – perhaps) in the Body and then it registers in the thinking mind as a Knowing.
It is possible that this – movement prior to Knowing is our birth-right. Simply becoming “aware” of our somatic experience might be the key to our inner wisdom. That part of ourselves ~ we all know is there.