HELIOTERAPIA MARINA
La utilización terapéutica de la exposición al sol dirigida y adaptada a la zona a tratar, además de sistemática sobre el cuerpo desnudo asociada a las curas al borde del mar.
Los tipos de radiaciones ultravioletas son los UV-A, UV-B y UV-C. La diferencia viene dada por la longitud de onda. Por una lado las radiaciones UV-A presenta una longitud de onda entre 320 y 400 nm., siendo responsables de la pigmentación y bronceado de la piel; por otro lado las radiaciones UV-B presenta unas longitudes de onda entre 290 y 320 nm., y es la responsable de las quemaduras solares y permite la formación de la vitamina D.
Los efectos de la helioterapia sobre el organismo los podemos diferenciar entre locales y generales. Entre los efectos locales nos encontramos con la pigmentación de la piel y el eritema (aumento de la temperatura local, aumento de la circulación periférica y aumento de la sudoración).
Entre los efectos generales nos encontramos con:
· Acción sobre el metabolismo de la vitamina D de la helioterapia.
· Aumento de la absorción intestinal de calcio y fósforo.
· Aumento del cociente respiratorio.
· Disminución del glucógeno hepático y muscular, así como la glucemia.
· Aumento del metabolismo proteico y la excreción de Ácido Úrico.
· Estímulo de la glándula tiroides e inhibición de la glándula paratiroides.
· Aumento de la acidez del jugo gástrico.
La técnica de la cura de sol es sencilla, pues se basa en la exposición progresiva en el tiempo y sistemática de la superficie corporal a las radiaciones solares (de diez minutos a una hora); la superficie corporal expuesta es cada día mayor.
La helioterapia está indicada para:
· Procesos dermatológicos (acné, ántrax, queloides, psoriaris, eczemas)
· Dermatitis atópica, vitíligo.
· Déficit de vitamina D: osteomalacia, raquitismo, osteoporosis.
· Estados de covalescencia de diferentes enfermedades.
· Trastornos del comportamiento: neurosis, depresión, ansiedad, insomnio.
· Hiperbilirrubinemia.
Helioterapia
Las curas de sol son la forma más eficaz de sistematizar la helioterapia. Se pueden realizar en distintas zonas ambientales o climáticas, ya sea en el mar o en la montaña, y se pueden también diferenciar como estacionales, pues no es lo mismo realizarlas en invierno o en verano.
El Sol es fuente de vida y energía, y por ello, la Helioterapia como medio terapéutico ha sido utilizada por el hombre desde la más remota antigüedad. La acción terapéutica de la radiación solar es conocida y utilizada en Medicina para combatir y tratar diversas enfermedades y su efecto beneficioso es reconocido por todos los expertos.
Sin embargo, en los últimos tiempos, el sol y sobre todo las radiaciones ultravioleta son criticados y puestos en duda, debido al abuso que de ellas se hace y a los efectos nocivos que sobre la piel pueden producir, si se reciben con exceso y sin la debida protección.
Pese a todo, la helioterapia sigue teniendo sus indicaciones y los efectos beneficiosos del sol sobre la salud son evidentes y muy recomendables ya que la radiación solar tiene sobre nuestro organismo un efecto directo sobre la piel y una repercusión general sobre el metabolismo y las funciones orgánicas y físicas.
Su acción directa produce cuatro cambios muy llamativos sobre la piel: aumento de la temperatura local, aumento de la circulación periférica de la sangre, aumento de la sudoración por estímulo de las glándulas sudoríparas y aumento de la pigmentación por estímulo de los malanocitos y secreción aumentada de la melanina.
CURAS DE SOL
Las curas de sol son la forma más eficaz de sistematizar la helioterapia. Se pueden realizar en distintas zonas ambientales o climáticas, ya sea en el mar o en la montaña, y se pueden también diferenciar como estacionales, pues no es lo mismo realizarlas en invierno o en verano.
La forma más tradicional de localizarlas es la de la exposición progresiva de superficie corporal en el tiempo a al acción de las radiaciones solares. Así, las primeras sesiones son de corta duración y van aumentando de forma progresiva (de diez minutos a una hora). A su vez, la superficie corporal expuesta es cada día mayor, hasta abarcar al final del tratamiento toda la superficie corporal.
Las condiciones climáticas de la montaña por encima de los mil metros, menos presión atmosférica, aire más puro y mayor sequedad ambiental, hacen que las radiaciones solares sean más intensas y eficaces en estas regiones. Por esta condición, la helioterapia de montaña se ha utilizado para el tratamiento de las enfermedades pulmonares, sobre todo para el tratamiento de la tuberculosis; las enfermedades de la sangre y todos aquellos procesos que cursan con una disminución de las defensas del organismo.
Las curas de montaña, en general, mejoran el metabolismo, estimulan el apetito, hacen el organismo más resistente y proporcionan más vitalidad y defensas.
El clima de las costas está regulado por la acción neutralizante del mar. Las temperaturas tienen menos oscilaciones y son más constantes, la humedad es muy alta y las radiaciones solares son muy ricas en radiaciones ultravioleta, debido a la intensa luminosidad y a la difusión de la luz.
Estas condiciones hacen que la cura helio-marina sea un método ideal para tratar enfermedades de la piel. Tanto la psoriasis, como el eczema atópico o la dermatitis atópica mejoran de forma notable los síntomas de sequedad cutánea descamación, pigmentación y prurito.
El raquitismo y la osteomalacia son dos entidades patológicas que se presentan durante la infancia y que se tratan de forma preventiva y curativa con una exposición razonable a las radiaciones solares en el ambiente marino. Estas radiaciones son las encargadas de sintetizar las vitaminas D en el organismo a través de la piel y ésta es la vitamina que interviene en la fijación del calcio en el tejido óseo.
Las lesiones ulcerosas, las heridas de mala cicatrización, las cicatrices y los estados de convalecencia de diferentes enfermedades suelen mejorar de forma más rápida durante las sesiones de helioterapia marina.
Finalmente, muchos trastornos del comportamiento psicológico, neurosis, depresión, ansiedad e incluso el insomnio pueden mejorar durante las curas de helioterapia marina.