El Espíritu o Alma del animal

Caballos, ponys, ciervos…
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El Espíritu del animal, en su descenso, sólo ha alcanzado hasta el mundo del deseo. Y aún no ha llegado al punto en que le sea posible penetrar en el cuerpo denso. Por eso el animal no posee Espíritu Interno como el hombre, sino un Espíritu Grupo que lo dirige desde fuera. Posee un cuerpo denso, un cuerpo vital y un cuerpo de deseos., faltando el eslabón de la mente. En el ser humano existe un punto entre las cejas y a media pulgada de profundidad debajo de la piel, que coincide exactamente con otro punto del cuerpo vital. Esos dos puntos están tan alejados ahora en los animales actuales como lo estaban en el hombre y la mujer de principios de la Era Atlante. El animal que más próximos los tiene es el elefante y, después, el perro. Los cuerpos de deseos y vital de los animales no están completamente dentro del cuerpo denso, especialmente la cabeza. Por ejemplo, la cabeza etérica del caballo se proyecta bastante hacia delante y por encima de la cabeza física. Cuando, como sucede en raros casos, la cabeza etérica penetra en la cabeza física, esos caballos pueden aprender a leer, a contar y a realizar operaciones de aritmética elemental. Entre los animales de tales características, que atrajeron la atención de propios y extraños se encuentran los cuatro caballos de Elberfeld, en el oeste de Prusia y por los que los científicos se interesaron inmediatamente antes de la primera guerra mundial. Los cuatro murieron durante la misma, antes de que se pudiese dar una explicación plausible al fenómeno. También hubo una asustadiza yegüita en Estados Unidos, llamada Lady Wonder. Su dueña hizo construir para ella una máquina de escribir especial, en la que mecanografiaba las respuestas a las preguntas de sus muchos visitantes.

Por esa falta de coincidencia entre esos dos puntos de los cuerpos físico y vital, los caballos, perros, gatos y demás animales domésticos perciben el Mundo del Deseo, aunque no siempre saben distinguirlo del Mundo Físico. Y así, un caballo se espantará a la vista de una figura imperceptible para su jinete; o un gato irá a restregarse en unas piernas invisibles. El gato ve el fantasma (el cuerpo de deseos), pero sin caer en la cuenta de que no posee un cuerpo físico que permita tal clase de contactos. El perro, más inteligente que el gato y el caballo, frecuentemente se da cuenta de que sucede algo que no entiende, cuando ve la aparición de su amo muerto y, al no serle posible lamer sus manos, se retira a un rincón con el rabo entre piernas.

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Let Go, Let God

Don´t worry, be "Larry", be like that guy that seems to be happy and not pursuing non running under any affair in live, we are here to learn with joy and passion so get things done the easy way. You are Wellcome!

I love to drink Seawater and also to Sungaze, you want to review this for your benefit.

Gratitude
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