¿Cómo curarse?
“La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta, es la enfermedad de la mente.”
¿Cómo curarse? ¿Hay alguna manera de superar esta enfermedad? No, no hay manera. Uno simplemente tiene que entenderlo. Uno simplemente tiene que mirar el hecho en sí mismo. Uno sólo tiene que cerrar los ojos y mirar en su propia vida; observarla. Y sentirás la verdad de Sosan. Y cuando sientes la verdad, la enfermedad desaparece. No hay ningún remedio para ella, porque si se te da algún remedio, ese remedio te empezará a gustar. Entonces, olvidarás la enfermedad pero empezará a gustarte el remedio, y el mismo remedio se convertirá en la enfermedad.
No, Sosan no te dará ningún remedio, no te dará ningún método. No te sugerirá qué hacer. Simplemente, te insistirá una y otra vez, una y mil veces, a que entiendas cómo has creado toda esta confusión a tu alrededor, cómo has creado todo este sufrimiento. Y nadie más que tú, lo ha creado; es la enfermedad de tu mente: Preferir, elegir.
No decidas. Acepta la vida en su totalidad. Tienes que ver la totalidad: La vida y la muerte juntas, el amor y el odio juntos, la felicidad y la desgracia juntas, la agonía y el éxtasis juntos. Si los ves juntos; entonces, ¿qué quedará para elegir? Si ves que son uno, entonces ¿por dónde va a entrar la elección?
Si ves que la agonía no es otra cosa que éxtasis y el éxtasis agonía, si puedes ver que la felicidad no es otra cosa que infelicidad, que el amor no es otra cosa que odio y el odio, amor; entonces, ¿dónde elegir? ¿cómo elegir? Entonces la elección desaparece. No es que tú la dejes. Si eres tú el que la dejas, se convertirá en una elección, esta es la paradoja. No supongas que tienes que dejarla; porque si la dejas, eso quiere decir que has elegido a favor y en contra. Ahora tu elección es la totalidad.
Estás a favor de la totalidad y en contra de la división, pero la enfermedad ha entrado. Es algo muy sutil. Simplemente entiende, pues la propia comprensión hace que la elección desaparezca. Nunca la abandonas.
El Camino es perfecto, como el espacio infinito donde nada falta y nada sobra. De hecho, es debido a nuestra elección de aceptar o rechazar que no vemos la verdadera naturaleza de las cosas.
No vivas en los enredos de las cosas externas, ni en los sentimientos internos de vacío. Mantente sereno, sin hacer esfuerzos, en la unidad de las cosas; y tales falsos conceptos, desaparecerán por sí solos.
Cuando tratas de parar la actividad para alcanzar la pasividad; el propio esfuerzo, te llena de actividad.
Mientras estés en un extremo o en el otro, nunca conocerás la Unidad. Aquellos que no viven en el Camino único, fracasan en ambas: Actividad y pasividad, afirmación y negación.
Osho.
A donde van las 4 palabras que curan?
Hace algunos años cuando leí a Caroline Myss en Anatomía del espíritu, me di cuenta de que no conocía totalmente mi cuerpo, de que ignoraba totalmente la forma en la cual lleva todos sus procesos y que por lo mismo estaba muy lejos de conocer hasta qué punto cuenta cada palabra pensada, sentida o pronunciada; ignoraba a qué grado se puede crear o destruir con cada proceso de la mente o con el sentido que se le dé a las experiencias vividas.
Caroline ejerce la medicina intuitiva, o sea que posee la facultad de leer un cuerpo humano y percibir las razones por las cuales alguna de sus partes puede llegar a tener problemas o las causas por las cuales ha enfermado. El hecho de haber descubierto su talento la llevó a analizar profundamente al espíritu, a la conciencia que habita al cuerpo humano para finalmente demostrar que cada órgano está asociado a centros energéticos vitales (chakras) cuyo funcionamiento depende del grado de sinceridad, honor, poder interior y amor propio que podamos sentir.
Actualmente hay muchas personas que nacen con esta facultad o que la desarrollan por medio de diversas prácticas y para ellas es cotidiano observar a alguien o leer su nombre y permitir que la información más importante (sobre esa persona) sea “descargada” o baje a través de la mente clarividente en forma de imágenes, sensaciones o percepciones diversas para brindarle ayuda de manera exacta, tal como puede hacerlo un aparato de rayos x. Por eso una persona con este don puede recibir información (por ejemplo) de cómo le hablaste a tu cuerpo cuando te estabas mirando en el espejo hace un par de días o hace un par de meses o quizás un par de años; ella puede “sentir” cada palabra con exactitud; todo depende de la intensidad con la cual eso que dijiste haya entrado en tu sistema y a qué nivel haya perdurado en tu recuerdo.
La cuestión es: Todo lo que piensas, sientes, pronuncias o gritas adquiere un valor, un tono o un dato que se mezcla en el mar de energía que eres, viaja a través de tus órganos, se filtra en tu red de canales o meridianos y crea un sentimiento, una emoción o una forma que los obstruye o los libera. Esta información se codifica y ocupa un lugar, flota o se plasma para generar una respuesta, o sea que tanto lo que dices como lo que no dices tiene un valor, un punto de partida y un punto de llegada. Sin embargo lo más complejo de todo, es el hecho de que toda tu estructura física y energética está diseñada para contener al infinito y es por eso que cada palabra amorosa hacia ti, se expande a través de tu Ser o de tu conciencia para penetrar los demás seres o conciencias que están dentro de ti, en tus pensamientos, en tu imaginación, en tu mundo sensorial.
Por esa razón, lo que sea que estés pensando o sintiendo en este momento es una creación porque en un mundo hecho de ideas, tanto los sonidos como las vocales, las letras, las palabras, las frases, las oraciones y expresiones generan emociones, sentimientos o sensaciones como por ejemplo: “Siento mucho frío” o “Estoy enojada” o “Estoy agradecida”. Y alguien que pueda leer el cuerpo humano detectará lo que estás pensando, recibirá lo que estás enviando y descubrirá dentro de sí, el porqué de lo que sientes.
El poder de leer un cuerpo humano es algo de una naturaleza totalmente cuántica y holográfica porque te da a entender que todo lo que consideras íntimo, privado y tuyo está al alcance de cualquier mirada intuitiva, y que es información disponible para la persona clarividente. Esta es otra de las razones por las cuales tú eres el Uno, y de ahí también se desprende la frase: “Todos somos Uno”. Si esto no fuera cierto ¿Cómo puede tu mundo interior ser “descargado” a través de otra mente humana?
Lamentablemente esta es una facultad que la raza humana ha perdido, pero estamos en vía de recuperarla, de hecho lo hacemos posible cuando textos como este salen desde tu corazón para tomar forma en la conciencia mía. Así mismo estamos recuperando el poder interior que nace del amor propio por medio de las 4 palabras que curan, hasta que llegue el momento en el que los humanos seamos totalmente sinceros, totalmente honestos individual y colectivamente, porque podremos mostrarnos tal cual somos, con total transparencia y libertad.
Quizás después de leer todo esto puedas comprender que pronunciar un simple y sencillo “Lo siento” puede devolverte aquella perdida sensación de unidad que viaja por tu piel, que es el órgano más grande que posees y que de esta manera te hace más sensible ante las vivencias de las demás personas, te hace más desapegada de los resultados y te convierte en Unidad.
Ahora tal vez percibas que la palabra “Perdóname” y su sonido hacen eco en órganos tan importantes como tu páncreas o tu colon y que si poseyeras la facultad de leer tu propio cuerpo entonces podrías ver escaleras apoyadas en tu hígado y pequeñas células subiendo los peldaños para poder trasladar baldes repletos de nutrientes. Y entonces te sería más sencillo perdonarte por no ser lo suficientemente algo, o por no ser la persona que todos esperan, por haber fallado o por no haber hecho lo que pensaste siempre que era correcto. Quizás podrías perdonarte para que la vida fuera más fácil para tus hijos o para aquellas personas que amas.
Y si sólo dices “Gracias” ya estás entrando en contacto con tu corazón y estás permitiendo que tanto venas como arterias trabajen sin tantos obstáculos en su camino y en ese acto desprendido es posible que sientas que tu sangre se convierte en luz, que tu hipertensión o tus malestares cardíacos son tus aliados y no tus enemigos. Que aquello que más te entristece es un regalo que la vida te dio para mejorar y que sólo sientes gratitud por estar aquí ahora, con vida.
Si pudieras leer tu cuerpo y observar el recorrido que hace la gratitud en ti, entonces jamás dejarías de decirte a ti misma: “Gracias”. La gratitud recarga tu cuerpo de energía, te ahorra horas y horas de sueño, de letargo, de pereza, de auto crítica; también te conecta con la Fuente y sobre todo te saca de cualquier situación en la que sientas que no hay salida. Si confiaras en ti lo suficiente, es probable que ahora pudieras ver centenares o miles de células de tu color favorito con palas y máquinas resanando las grandes avenidas, los carriles de tu red energética de meridianos. La gratitud transmuta las guerras de tu mente en amor por ti o sea amor por la humanidad.
Algunas personas dicen: “Yo no siento que me amo, entonces ¿Cómo puedo pronunciar esta palabra?” Y la verdad es que no importa, hay tan poco amor propio en el individuo promedio, que al principio esto de pronunciar un “Te amo” puede parecer loco, descabellado, absurdo y después llegan las dudas, las preguntas y las negaciones: “Pero yo no me amo”. Entonces algunas personas se detienen y otras pese a sus pensamientos compulsivos continúan. Si este es tu caso no dejes que esta duda te afecte porque el sonido cuenta, la frase trae su propia vibración y siempre llega al lugar que tu cuerpo le ha destinado para curarlo. “Te amo” es el sonido más sanador del Universo y si llegó a ti entonces no lo dejes ir. Esta frase se pronuncia constantemente con total desapego y si se puede con aprecio, con un bello sentimiento, mucho mejor.
Esta frase cubre tu cuerpo y viaja a través de tus pulmones desatascando tu respiración. Recorre tus riñones transmutando los miedos y quizás sientas que millones de células sonrientes le dan vitaminas a las células tristes de tu sistema inmune, o que algunas otras que nacieron con el arte de la jardinería siembran césped suave, fresco y verde alrededor de las zonas más áridas de tu cuerpo, entonces quizás sientas que por primera vez estás viviendo y que por lo mismo es la primera vez que te estás alimentando.
Las palabras que duelen, las frases de odio y los pensamientos no observados tienen un efecto contrario, generalmente destruyen, lastiman, duelen, atrapan, coartan, debilitan, golpean y empequeñecen al Ser. No eres culpable por pronunciarlas, tan sólo eres responsable de sentirlas. Entonces ponte a trabajar contigo, a amarte desde ya y aquí y ahora.
Lo siento, perdóname, gracias, te amo.
La actitud del Merecedor.
Muchas veces no llevamos a cabo nuestros sueños porque creemos que vamos a fallar, nos falta la confianza en nosotros y por ende nos saboteamos. Pensamos que no vale la pena, no amerita el esfuerzo y en el fondo lo que tenemos es un sentimiento de no merecernos ser felices, vivir con amor o tener dinero. Para ello tenemos que trabajar con nuestras creencias sobre el merecimiento.
Desarrollar la actitud del merecedor es bastante fácil si nos lo proponemos, requiere de una buena dosis de constancia, pero los resultados bien valen la pena.
Te voy a sugerir un ejercicio que me ha dado resultados porque le he puesto empeño, y el no ponerle empeño también es parte de esa resistencia que todos tenemos al cambio y que nos mantiene atados a un estado de comodidad aunque los resultados sean desagradables e infelices.
Todo se trata de tomar una decisión consciente y firme. Una afirmación continua, que debe salir desde lo más profundo del corazón con completo convencimiento, seguridad y sin vestigio de duda.
YO MEREZCO TODO LO BUENO, YO MEREZCO TENER PAZ, YO MEREZCO SER FELIZ, YO MEREZCO PROSPERIDAD porque yo estoy hecho de la misma sustancia de Dios.
Cuando realices esta afirmación o cualquier otra similar que a ti te sirva, y te convenza, esta debe estar cargada de energía, de la sensación de poder, debes sentir la energía vital que recorre todo tu cuerpo, desde la cabeza a los pies, (el mana). Se asemeja a un cosquilleo. Esta energía es la energía de todas las cosas, es la energía divina del universo y es la energía creadora que te da vida, y se encuentra en ti, y es la que te permite manifestar.
El estado ideal para insertar en tu mente subconsciente estas ideas es hacer ejercicios profundos de respiración, especialmente la respiración Ha, (revisar artículo anterior) luego serénate y toma la determinación calmada que TU ERES MERECEDOR DE TODO LO BUENO, la respiración producirá el extra mana o energía vital que necesitas para manifestar. Luego siente como el mana viaja por tus células y recorre tu cuerpo.
Para que tus afirmaciones se fijen en ti también tienes que ayudar actuando con la certeza de merecer, y para merecer paz, amor y dinero, debes de sentir que ya lo tienes, que ya es parte de ti y actuar compartiendo paz, amor y dinero con el mundo, con el universo, con todos.
Si aun intentándolo te quedan dudas entonces chequeamos todas nuestras creencias que no nos permiten sentirnos como tal, las escribimos en una hoja y luego una a una, podemos decirles -“Pido humildemente perdón por haber atado estas memorias a mi realidad… lo siento… gracias por esta oportunidad de liberarlas y liberarme” o -“Queridas memorias, las amo. Gracias por esta oportunidad de liberarlas y liberarme” ó -Cualquiera de las frases que te lleguen a la mente en ese momento, luego nos deshacemos del papel pero cada vez que aparezca un pensamiento relacionado repetimos el procedimiento, de esta manera vas eliminando las dudas y se va instaurando en tu subconsciente la nueva determinación que es natural a tu verdadero ser.
Cuando creemos que no somos merecedores de todo lo bueno, debemos de comprender que estos pensamientos fueron insertados gradualmente en nuestra psiquis, desde el momento de nuestra creación y nosotros así lo hemos creído, pero estos pensamientos no reflejan quienes realmente somos. Somos seres divinos experimentando una existencia humana.
Con el transcurrir de los días nos seguiremos topando con situaciones donde resulta fácil retornar a la actitud de no ser merecedor, debes de estar muy atento a estas circunstancias y no engancharte a ellas, no lo tomes personal, esa es la forma como los viejos patrones se aseguran su permanencia.
Ante cada situación que sientas que te vence, vuelve a practicar la respiración, relájate y retoma las herramientas del Ho’oponopono antes mencionadas, no intentes nada, solo mantente relajado y te sorprenderás como un fresco aliento comienza a disipar cualquier sensación de darte por vencido.
Las memorias son reacias, e intentaran tomarte por sorpresa, así actúan ellas, pero siempre mantente relajado, respira profundo y recuerda que tú eres un merecedor. Repítete a ti mismo con fe, con la misma fe que le tienes a Dios, que tu eres merecedor. Que mereces ser próspero, en tus relaciones, en el amor, y con el dinero, y por último y muy importante actúa como tal, créetelo.
Te amo