EL AGUA DE MAR SALUD Y BIENESTAR
Empezaré por dar algunos datos de las propiedades del agua de mar, que creo que son interesantes para poder seguir con este resumen, ya que nos dan una idea sus cualidades, cosa que hace que nos haga interesante su lectura.
En este gráfico podemos ver las diferencias que hay entre el Agua de Mar y el Plasma Sanguíneo.
El fundamento de la Talasoterapia
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Símbolo | Elemento | Agua de Mar relativo) | Plasma Sanguíneo (relativo) |
Na | Sodio | 9 partes | 10 partes |
K | Potasio | 5 partes | 10 partes |
Ca | Calcio | 4 partes | 10 partes |
Mg | Magnesio | 10 partes | 2 partes |
Cl | Cloro | 10 partes | 9 partes |
So | Sulfatos | 10 partes | 4 partes |
HP | Fosfatos | 5 partes | 10 partes |
HC | Carbonatos | 2 partes | 10 partes |
El agua de mar es un agua muy mineral:
Debido a sus componentes (concentra todos los oligoelementos naturales), el agua marina es la más equilibrada de todas las aguas termales. Al sumergirnos en ella a una temperatura de unos 33º C, sus sustancias nutritivas penetran en el cuerpo por la acción del calor (vasodilatación).
Dicho efecto restablece los niveles normales de autodefensa y el equilibrio natural de nuestro cuerpo.
Y dado de la densidad del agua de mar es unas 2,5 veces superior a la del agua dulce, nos facilita la relajación muscular5, y nos permite una mayor amplitud de movimientos por la dinámica de flotación: una persona que pesa 80 Kilos solo pesará 9 Kilos en el mar por 20 en el agua dulce (Principio de Arquímedes).
El entorno marino, un medio lleno de energía.
La aplicación de algas y fangos marinos, unida a baños en agua de mar, el gozar al mismo tiempo de un buen clima, producen una notable mejoría en las principales funciones del organismo:
– El metabolísmo de base aumenta de un 11 a un 15% .
– La función sanguínea aumenta en un 10% el número de glóbulos rojos.
– El corazón ve aumentada la fuerza contráctil y aumenta la circulación periférica.
– El aparato respiratorio consigue mayor amplitud y mejor intercambio alvéolocapilar.
– Aumenta el nivel de diurésis del aparato urinario.
– Aumenta la fijación de fósforo y de calcio, mejorando el equilibrio fosfocálcico.
El medio marino
Es el ecosistema más importante de la Tierra, que recibe de él su nombre de Planeta Azul. Sólo por su masa térmica y el poder calorífico del agua, constituye el volante de inercia térmico del planeta. Sin él las noches serían polares, los días un horno y la vida imposible. Es un elemento vital que asegura la conservación de nuestro medio en unos límites tolerables para la vida.
La radiación solar, fuente de energía primordial, es filtrada por la atmósfera y atemperada por la masa oceánica para animar la vida terrestre. La oceanografía física y biológica reconoce su efecto fundamental. Su acción sobre la atmósfera y la superficie de los océanos rige las corrientes atmosféricas que a su vez inducen las corrientes oceánicas. Mareas, corrientes y diversos movimientos mantienen en movimiento continuo las aguas marinas.
Esta agitación, por los cambios que induce, crea las condiciones para un crecimiento orgánico prodigioso. La mitad de la biomasa terrestre se desarrolla en los océanos. Por ejemplo al océano austral, de 30 millones de km2, o sea el 10% de la superficie oceánica mundial, se le llama “la bomba planetaria” porque su corriente circumpolar hace subir a la superficie las aguas cálidas del Atlántico. Este removido enriquece en sales minerales las aguas superficiales que constituyen una provisión alimenticia inagotable para el fitoplancton. De éste se alimenta el krill, compuesto por minúsculos crustáceos cuya masa se ha evaluado en 650 millones de toneladas. El krill probablemente se alimenta de sí mismo, es caníbal, pero constituye por encima de todo la base de la cadena alimenticia. El ecosistema marino, puesto en marcha por la energía solar, desempeña una función de primer orden en el ciclo del oxígeno del organismo terrestre.
La regulación del pH marino
La epifase marina es la sede de intensos intercambios gaseosos. Su composición y su estructura influyen en la rapidez de estos intercambios gaseosos entre la hidrosfera y la atmósfera. Particularmente, tiende a establecerse un equilibrio entre el CO2 atmosférico y el CO2 disuelto en el agua de mar, disuelto o en forma de aniones carbónicos y bicarbónicos.
La actividad de la biomasa marina toma una parte del carbono atmosférico que el pH alcalino del agua de mar transforma en aniones que entran así en el ciclo del carbono marino para ser metabolizados en él o precipitados como carbonato. Este sistema confiere al agua de mar un importante poder tampón. Esto es vital para los organismos marinos, que por lo general no pueden soportar grandes variaciones de pH. Se forma el siguiente equilibrio:
Figura 6. Equilibrio del pH marino y el tampón abierto carbonato-bicarbonato.
Cruce de intercambios.
Se han hecho numerosos estudios sobre el poder autodepurador del agua de mar, que indican que las diferentes poblaciones de microorganismos se regulan unas a otras mediante un complejo mecanismo conjunto, con factores tanto de orden químico y físico como biológico. Aunque la actividad de los depredadores tiene una función importante, la regulación de las diferentes poblaciones de microorganismos, se debe esencialmente a la actividad indirecta de mediadores químicos sintetizados por organismos marinos como las algas superiores, las bacterias y los organismos fitoplanctónicos.
Se sabe que el medio interno transporta las hormonas sin producirlas. De la misma manera, el estudio del medio marino tiende a mostrar que la actividad del “organismo marino” está gobernado por heterohormonas disueltas en él.
El desarrollo de los microorganismos marinos depende la calidad del agua de mar respecto a muchos parámetros. De hecho, el agua de los océanos, para los organismos que se desarrollan en ella, tiene una función análoga a la del medio interno para las células humanas. El agua de mar es el nivel básico para el desarrollo de la vida marina: de su homeostasis depende la calidad de vida de los océanos. Es un cruce de caminos donde se realizan los intercambios, donde se encuentran los diferentes factores que regulan el ecosistema marino.
La regulación electrolítica
Si se estudia la regulación de las diferentes sales y oligoelementos que constituyen la matriz salina marina, se observa que la proporción y la forma en que está presente cada uno de estos elementos no es accidental. Las proporciones relativas de los 11 cationes principales pueden considerarse constantes. Cualquiera que sea la naturaleza de los aluviones fluviales, del polvo transportado por el viento (por ejemplo la masa intercambiada en un año entre el océano y la atmósfera en todo el planeta se evalúa en mil toneladas) o los fondos marinos removidos por corrientes oceánicas, la concentración relativa de minerales en el océano es estable.
El agua de mar debe su composición al buen funcionamiento del ecosistema. Las plantas y los animales son los principales responsables de la transformación y sedimentación de los elementos minerales. La regulación de las diferentes poblaciones de microorganismos dentro del ecosistema afecta directamente a la composición mineral del medio marino.
Por ejemplo, la sílice, el principal componente de las rocas de la corteza terrestre, debería, si la naturaleza salina del agua de mar dependiera solamente de la disolución de las rocas que la rodean, hallarse en ésta en gran cantidad. Es más, estaría en una proporción próxima a la saturación. Sin embargo no es así: la proporción de sílice presente en la matriz salina oceánica es extremadamente débil. De este modo, el ecosistema produce una matriz salina cuya naturaleza y forma no se corresponden en nada con la simple disolución de elementos minerales resultado de su encuentro al azar con el agua. Primero, la proporción está regulada; segundo, su forma es específica. Por ejemplo, la solubilidad del carbonato de calcio presente en el agua de mar es cien veces superior en el medio marino, a la solubilidad observada en su solución en agua destilada.
No es exagerado, pues, hablar de organismo marino. Éste posee su propia homeostasis y su comportamiento presenta una analogía impresionante con la del medio interno del organismo humano. En ambos, los mismos elementos desempeñan funciones análogas, por medio de reacciones o de cadenas de reacciones vecinas con el fin de asegurar las mismas funciones y en concentraciones similares. Por ejemplo, en el interior del cuerpo humano, el tampón principal es carbonato-bicarbonato, cuyo ciclo, ligado al mecanismo respiratorio, permite compensar la aportación constante de subproductos metabólicos ácidos a fin de mantener un pH orgánico ligeramente alcalino. Regula igualmente la presión parcial del CO2 y del oxígeno disueltos en los líquidos fisiológicos. En el medio marino este mismo tampón carbonato bicarbonato permite, en sus intercambios con la atmósfera a través de la epifase marina, regular por una parte la presión parcial del CO2 y oxígeno disueltos y por otra el pH alcalino del agua de mar.
El medio interno
El mantenimiento de la vida precisa unas condiciones fisicoquímicas específicas. A lo largo de la evolución zoológica, la conquista de biotopos cuyas condiciones están en perpetua variación, ha exigido a los seres vivos la capacidad de aislarse de las variaciones del medio externo.
La respuesta fisiológica a este apremio ha sido el desarrollo de un medio interno estable, cuyo concepto fue introducido por Claude Bernard en 1865: “Entre los seres vivos desarrollados, hay por lo menos dos medios que se han de tener en cuenta: el medio exterior o extraorgánico, y el medio interno o intraorgánico (…) Es el medio interno de los seres vivos el que está en relación inmediata con las manifestaciones vitales normales o patológicas de los elementos orgánicos (…) Todos los mecanismos vitales, por variados que sean, no tienen siempre más que un principio: mantener la unidad de las condiciones de la vida en el medio interno”. Bernard considera que “la fijeza del medio interno es la condición para una vida libre, independiente” y que ésta “supone un perfeccionamiento tal del organismo, que las variaciones externas están en cada momento compensadas y equilibradas”. Aparte de las conclusiones médicas erróneas que sacó, estas bases constituyen una constante en fisiología.
A diferencia de un sistema en equilibrio termodinámico sometido a las leyes del entorno, el ser vivo resiste estas variaciones y presenta estados estabilizados por fenómenos de transporte de materia y de energía, fenómenos disipativos que permiten al organismo mantener estable su entropía. En 1929, el fisiólogo W.B. Cannon propuso en Wisdom of the body el término de homeostasis para referirse al mantenimiento del medio interno en un estado estable, independiente de fluctuaciones externas:
“Los seres superiores constituyen un sistema abierto que presenta numerosas relaciones con el entorno. Las modificaciones del medio desencadenan reacciones en el sistema o lo afectan directamente, dando lugar a perturbaciones internas de éste. Tales perturbaciones son normalmente mantenidas en límites estrechos porque unos ajustes automáticos que sobrevienen en el interior del sistema entran en acción, evitándose de esa manera amplias oscilaciones. Las reacciones fisiológicas coordinadas que mantienen la mayoría de los estados estacionarios del cuerpo, son tan complejas y específicas de los organismos vivos, que se ha sugerido el término de homeostasis”.
Actualmente, la descripción de los fenómenos de regulación utiliza conceptos matemáticos derivados de teorías de la información y de la cibernética, concepto y término creados por Wiener en los años 40: “Para controlar una acción orientada hacia una meta, la circulación de la información debe formar un circuito cerrado en el cual el sistema evalúa a cada instante las consecuencias de sus acciones, calcula la diferencia entre la meta y el resultado actual, y corrige esta diferencia utilizando los resultados pasados para alcanzar la meta”.
El modelo cibernético consiste en aplicar estos mecanismos de retroalimentación en la fisiología de los sistemas que participan en la homeostasis: regulación de la temperatura corporal, equilibrio ácido-básico hidroelectrolítico, regulación de la glicemia, regulación de las hormonas, etc.
En 1985, Jack Baillet, en la Encyclopedia Universalis, tomo IX, dice sobre la homeostasis: “El sistema biológico no sólo es una estructura espacio-temporal actual. Existe una historicidad biológica (…) El sistema biológico tiende a mantener las condiciones óptimas de su funcionamiento”.
Esquemáticamente, se puede considerar el medio interno como formado por un conjunto de líquidos que circulan y rodean las células.
El compartimento extracelular constituye el 33% del agua total del organismo, lo que equivale al 20% del peso del cuerpo y aproximadamente 15 litros. Está repartido en:
L íquido intersticial, que ocupa los espacios intercelulares: 20 % del agua total, lo que equivale al 12% del peso corporal y 10 litros
Líquido plasmático, 6 % del agua total, que equivale al 5% del peso del cuerpo y 3 litros
Líquido linfático, que aparece al drenarse el líquido intersticial hacia el sistema venoso: alrededor del 2 % del agua total
Líquido transcelular, producido por los procesos de transporte activo que tiene lugar en las membranas epiteliales (secreciones glandulares digestivas, líquido cefalorraquídeo, ocular, etc.): alrededor del 3 % del agua total.
El medio interno es un lugar de intercambios de metabolitos, de energía y de información. Es el fundamento sobre el que se construye la actividad del organismo, la encrucijada de intercambios donde se regula y el objetivo de la actividad de los diferentes sistemas.
La composición, estructura y equilibrio del medio interno -en una palabra: su homeostasis- dependen totalmente de la actividad celular. Son el resultado de un intenso trabajo y suponen una de las principales actividades del metabolismo. Recíprocamente, la calidad del funcionamiento celular depende de la integridad del medio interno. Si la suma de la actividad celular permite la elaboración y mantenimiento de la homeostasis del medio interno, la integridad del medio interno permite una vida celular equilibrada y en consecuencia asegura la salud del organismo.
El medio interno ocupa un lugar único en fisiología y la noción de homeostasis está ligada a él más que a ningún otro sistema. Es pasivo, puesto que no produce nada por sí mismo, no constituye un órgano, pero es imprescindible porque todas las funciones suceden y se construyen en este medio.
El estudio del medio interno está particularmente relacionado con la noción de terreno. Por terreno se entiende el conjunto de predisposiciones de una persona a desarrollar ciertos tipos de patologías. Desde un punto de vista fisiológico, el terreno debe identificarse con el medio interno. Su estado refleja perfectamente la salud del organismo e indica sus predisposiciones. El conjunto de desviaciones fisiológicas y desequilibrios patológicos se inscriben en él.
Revisemos algunas nociones esenciales sobre las regulaciones térmicas, ácido-base y hidroelectrolíticas del organismo.
1. Regulación térmica
Los grandes equilibrios biológicos interactúan en una dinámica constante, protegiendo los niveles de prioridad de las funciones vitales. El organismo mantiene constante su temperatura central hipotalámica (37,2 ºC) cuyo cambio (descenso) no podría ser tolerado más que algunos segundos. La homeotermia se realiza en un intervalo de temperatura limitado y el umbral letal se sitúa por debajo de 26 ºC y por encima de 44 ºC. Actúa sobre:
a) La producción calórica del metabolismo basal.
b) Los intercambios térmicos con el medio externo.
c) Los mecanismos reguladores de la temperatura.
d) Un comportamiento adaptado, por medio del cual el ser humano crea su propio microclima.
El organismo está compuesto en su mayoría de agua. Por su calor específico elevado constituye una reserva térmica corporal y asegura la protección frente a grandes variaciones térmicas. Por otro lado, la elevada temperatura de evaporación del agua permite una evacuación de calor significativa con el sudor evaporado.
Así, el medio interno interviene a diferentes niveles:
A) Homogeneiza el calor metabólico por el cual el sistema circulatorio desempeña la función de transportador de calorías y de adaptación a las variaciones de la temperatura externa por medio de sistemas arteriovenosos a contra corriente: en los miembros, la sangre venosa que retorna puede circular en profundidad en contacto con la arteria (si hace frío) evitando una pérdida de calor, o por la superficie, bajo la piel (si hace calor), volviendo a la parte derecha del corazón por las venas superficiales.
B) La termolisis, por la evaporación y el sudor , puede movilizar importantes cantidades de agua capaces de llegar a alcanzar en ciertas circunstancias más de un litro/hora e interferir en la homeostasis hidroelectrolítica.
2.- La Regulación del PH
La rapidez de las reacciones bioquímicas está en íntima relación con la concentración de iones H+ del medio. El pH interviene en la conformación y la actividad de las proteínas, en particular de proteínas enzimáticas. La concentración de iones H+ en el medio interno es marcadamente constante: el pH de la sangre arterial oscila entre 7,38 y 7,43 y los límites extremos compatibles con la vida son 7,1 y 7,8.
Frente a las agresiones ácidas o básicas, el organismo pone en juego tres líneas de defensa sucesivas:
1. Los tampones físico-químicos del medio interno. Amortiguan inmediatamente el choque en un tiempo del orden del segundo.
2. El sistema respiratorio puede intervenir en segundo lugar controlando la eliminación pulmonar de CO2. El sistema bicarbonato/ácido carbónico tiene una misión fundamental gracias a su abundancia en el organismo y sobre todo porque constituye el único tampón abierto en el cual la cantidad total (CO3H-) + CO3H2 depende del sistema neuroventilatorio, siendo el CO2 volátil.
3. El riñón interviene en última instancia, asegurando la corrección final de las alteraciones gracias a su capacidad para eliminar los iones H+ y reabsorber el ion bicarbonato HCO3-.
Sin entrar en detalles del proceso de regulación, es notable la importancia de la función del sector plasmático, que es un intermediario obligatorio para los otros sectores, así como el más accesible para tomar mediciones.
3. Regulación hidroelectrolítica
El agua es el principal constituyente del organismo, en promedio es el 60% del peso corporal. Está desigualmente repartida según los tejidos y los órganos. La homogeneidad del conjunto se logra a través del sistema circulatorio.
El compartimento extracelular actúa como un sistema de circulación de doble corriente del agua y las sustancias minerales y orgánicas. Este cruce de caminos del movimiento hidroiónico se compone de dos sectores: el sector vascular en el cual el agua es canalizada por los vasos arteriales a la ida, los vasos venosos y linfáticos a la vuelta, y, de mucho más alcance, el sector intersticial donde el agua se filtra por los innumerables intersticios celulares.
El líquido intersticial, verdadero “mar interior”, constituye un ultrafiltrado de plasma que penetra constantemente los tejidos próximos al extremo de los capilares arteriales. Unas cifras ilustran la importancia de los fenómenos de filtración de esta red microcirculatoria: 100.000 km de longitud y 6.000 km2 de superficie.
“La bomba cardiaca rinde unos 8.400 litros en 24 horas. 20 litros se filtran por los capilares, 17 litros son reabsorbidos por éstos y 3 se reabsorben por vía linfática en 24 horas. Los conductos linfáticos evacuan constantemente el excedente filtrado no reabsorbido y la totalidad del flujo proteico extravasado… El sistema linfático muestra ser un sistema de bombeo que asegura la estabilidad de la presión intersticial, y a un nivel inferior a la presión atmosférica…” (Précis de physiologie humaine, Ellipse, 1992).
B. Los elementos minerales.
Los elementos minerales del organismo pueden presentarse bajo tres formas:
1. En estado sólido, cristalizado, no ionizado.
2. En solución, en los medios intra y extracelulares.
3. En la combinación de compuestos orgánicos.
Sin embargo son permanentes los cambios entre estas diferentes formas. Las sales minerales principales se distribuyen en partes ionizadas intercambiables y en partes enlazadas.
Recordatorio
El agua, solvente y reactivo químico, debe sus propiedades excepcionales a la capacidad de establecer puentes de hidrógeno. Éstos “son estables a temperatura ambiente pero al contrario que los compuestos covalentes, pueden romperse o torcerse con un ligero aporte de energía, por ejemplo por efecto de fluctuaciones térmicas del medio. Son modificables y evolucionan, propiedades fundamentales en biología, lo que confiere al agua propiedades excepcionales. Desempeñan una función esencial en el proceso de transferencia de protones entre las moléculas rebajando las barreras energéticas, favoreciendo la formación de compuestos intermedios, fenómeno esencial en el almacenamiento de la energía fotónica, y activando la hidrólisis. Precisamente la quimotripsina pancreática actúa mediante la trasferencia de protones. Por último se
organizan en configuraciones específicas donde cada oxígeno forma un tetraedro con sus cuatro vecinos (…) A la temperatura de los seres vivos, la ruptura de ciertos enlaces acarrea la formación de estructuras de 6, 7 u 8 moléculas, permitiendo al agua organizarse alrededor de un ion, lo cual aumenta su compactación.” (Précis de physiologie humaine, Ellipse, 1992).
La homeostasis sólo se realiza gracias a un flujo correctamente regulado del agua, los iones, la energía y la información intercambiadas con el medio, y este equilibrio se realiza por medio de intercambiadores. Entre el organismo y el medio se interpone siempre una capa celular: el endotelio del intercambiador pulmonar, células epiteliales del intercambiador cutáneo, digestivo, renal. En este último intercambiador, la homeostasis hidroelectrolítica se realiza principalmente por los movimientos de agua y del NaCl.
Finalmente, la regulación hidromineral, la de los volúmenes líquidos y de su osmolaridad, está asegurada por un sistema neuro-endocrino, sensible a la composición iónica y al volumen de los medios que bañan las células por una parte y el medio plasmático por otra.
4. Los cambios hidroelectrolíticos
Los diferentes compartimentos extracelulares tienen una idéntica osmolaridad de 286±4 miliosmoles y son neutros eléctricamente. Los intercambios entre compartimentos se hacen a través de fenómenos osmóticos, mientras que los intercambios iónicos entre los líquidos intracelulares y intersticiales se producen esencialmente por transporte activo.
La membrana celular separa de manera radical los dos compartimentos en los que la concentración de cationes, aniones, proteínas y glucosa es distinta. Los intercambios iónicos por difusión pasiva transmembranar son muy débiles. El cuanto al agua, se difunde libremente a través de la membrana celular y la pared de los capilares. Su metabolismo no puede estar disociado del de los electrólitos. La regulación de la hidratación del sector extracelular depende del sodio y toda modificación será seguida por la modificación paralela del balance hídrico.
La regulación de la hidratación del sector intracelular depende de la osmolidad de los líquidos extracelulares. A este nivel aparece la importante función del sistema neurohormonal complejo, que actúa en la eliminación de agua y se encarga sobre todo de regular el balance sódico.
“Se puede decir, pues, que el ser humano vive en el agua, incluso en el agua corriente, sin que por otra parte, a pesar de los cambios continuos haya variaciones apreciables en la concentración del agua en los distintos órganos y tejidos.” (Biochimie medicale, Boulange-Polonowski, Masson 1979).
LA CURA MARINA Y EL PLASMA DE QUINTON
Laureano Domínguez rescata y promueve los Dispensarios Marinos
para restablecer la memoria celular y recobrar la salud
Laureano Domínguez Ruiz, escritor, periodista e investigador colombiano, expone los resultados de su labor para rescatar los trabajos que el científico francés René Quinton realizó el siglo pasado en torno al plasma marino y sus aplicaciones terapéuticas. Esta investigación forma parte de una teoría más amplia sobre la memoria, la Teoría General del Atavismo, que Laureano ha venido investigando desde hace 25 años y sobre la cual ha escrito dos libros (Atavismo, Pedagogía del atavismo) y algunos ensayos.
El Plasma marino
Plasma es básicamente el líquido donde nadan las células de nuestro cuerpo. René Quinton dedujo en 1904 que el mar es un gran plasma puesto que el líquido donde nadan nuestras células es análogo al agua de mar. El agua de los océanos viene siendo el plasma del planeta, visto como una célula del cosmos, y lógicamente este plasma influye sobre todos los procesos vivos de la Tierra. Desde la savia de las plantas y los torrentes sanguíneos de todas las especies, hasta el aire que se origina dentro del fitoplancton marino.
El Plasma de Quinton
Según dedujo Quinton a principios del siglo pasado, si el agua de mar está limpia (esterilizada a través de microfiltrado en frío y no mediante elevación de su temperatura ya que esto altera sus propiedades) y cuenta con una adecuada concentración de sales (extrayéndola de zonas específicas llamadas vórtrex marinos bajo ciertas condiciones patentadas por él mismo), este plasma tendría propiedades curativas sobre los organismos vivos. Para contrastar su deducción, Quinton experimentó con animales antes de atreverse a probar el plasma en seres humanos. Según pudo comprobar, su hipótesis era correcta, por lo que se dedicó a estableciendo varios Dispensarios Marinos dentro y fuera del territorio francés con impresionante éxito, especialmente en casos de enfermedades infantiles que hasta entonces habían sido mortales. Dichos dispensarios funcionaron hasta que la negligencia médica y el caos de la Primera y Segunda Guerras Mundiales los relegaron al olvido.
¿Cómo fue que abordaste por primera vez el tema del Plasma de Quinton, Laureano?
L.- Básicamente cuando escuché hablar del tratamiento que René Quinton experimentó en su propio organismo en el París 1897. Dicho tratamiento consistía en entrar en contacto con el mar durante tres meses. Yo hice lo mismo debido a ciertos problemas que padecí a raíz de un accidente donde tuve lesiones múltiples de cráneo y lesiones delicadas también en la columna. Cuando conocí un poco de base teórica, me fui a las playas colombianas en el mar Atlántico, invitado por alguien que ya conocía a Quinton, que dirigía un Centro de Tratamiento Marino. Hacía veinte años que lo habían fundado treinta médicos de la Universidad de Antioquia, Colombia. Básicamente la terapia consistía en elevar la temperatura del mar a la temperatura interna de nuestro cuerpo y un poco más, hasta los 44º, poner algunas plantas medicinales y sumergir a las personas por periodos de treinta minutos. Y este es un contacto casi directo con el mar porque las piscinas están cerca de la playa. Después se hacen una serie de ejercicios de limpieza de las vías espiratorias, y ejercicios asimilatorios al vuelo de las aves, dentro del mar
¿Y qué resultados obtuviste?
L. – A los 48 días exactamente yo empecé a trabajar otra vez, cosa que no podía hacer después del accidente. Y asombrosamente recuperé un 70% de la visión que había perdido, a partir de unos ejercicios que me enseñaron en el Centro que consistían en sumergir la cabeza con los ojos abiertos en el mar una cantidad de veces en la mañana y otras en la tarde. Con esto mi vista empezó a aclararse. Además vi cosas maravillosas. No digo que milagros pero sí cosas increíbles. Vi curaciones de cáncer superficial de piel todas las semanas. Mi madre llegó con una úlcera varicosa que le había perdurado durante más de dieciocho años ya en estado grave, y nadie le había podido curar. Sin embargo, en sólo diez días de tratamiento la herida se cerró. También tenía problemas graves articulares a nivel de la rodilla que se le resolvieron. Y ahí empezó mi relación con el método marino
¿Cuándo comenzó a estudiar Quinton el plasma marino?
L. – En 1897 Quinton, aquejado de una tuberculosis pulmonar, consultó a un sacerdote jesuita, amigo suyo. Éste le refirió un texto de Platón, donde Platón cuenta que unos sacerdotes egipcios le sanaron con “la cura marina”, que así se llamaba desde esa época. La cura marina consistía en irse tres meses a estar en contacto con el medio marino. Y lo siguen haciendo en los Centros de Talasoterapia, que en esto degeneró la cura marina, pero la esencia ya no es los tres meses porque sería muy costoso para la gente. Sin embargo, hasta hace poco, los hospitales marinos que funcionaban todavía en Europa tenían ese parámetro, aunque no sabían de dónde provenía exactamente. Yo he visitado varios hospitales marinos pero tres meses sólo se quedan los niños escrupulosos o tuberculosos para beneficiarse de la brisa marina. Allá en Colombia si se cumplen los tres meses y además complementan con estos baños, elevan un poco más la temperatura, agregan algunas plantas medicinales y gracias a la vaso dilatación se ven cosas sorprendentes…
¿Podrías explicar brevemente los fundamentos de la terapia de Quinton?
L. – Durante la cura marina de Quinton sucedió una experiencia muy curiosa. Unos campesinos entraron a la sala donde él descansaba llevando una víbora adormecida por el letargo invernal. De repente Quinton ve que la víbora recobra toda su vitalidad cuando se adapta a la temperatura del lugar. Y se le ocurrió que la actividad cerebral propia de ese organismo coincidía con la época climática en la que apareció en la escala zoológica. Así es que toda la investigación de Quinton, que es un trabajo hermosísimo, amplio, profundo y sustentado minuciosamente durante más de diez años, parte de este hecho de que la víbora despertase a la temperatura en la que fue creada. A partir de allí logró dilucidar que la temperatura interna de cada especie, determina la fecha exacta de su aparición en la serie zoológica. Así empezó todo el escaleramiento de las eras a través de la historia. Y cuando comprobó con termómetro en mano, especie por especie, este escaleramiento gradual que tiene que ver con el enfriamiento del planeta, Quinton concluyó que había una tendencia a mantener la temperatura de los orígenes. La siguiente cuestión que se planteó fue qué otras características existían en los orígenes además de la temperatura, puesto que el mar le devolvió a él mismo el equilibrio. Entonces pasó a fijarse en la composición del medio interno de los seres vivos y encontró que aparte de la temperatura original, también debía haber una composición física y química determinada y en última instancia encontró que esa temperatura y esa composición física y química eran la ayuda que el agua de mar provee al organismo.
La experiencia debe corroborar a la teoría. ¿Qué experiencias tenemos respecto al uso del Plasma de Quinton?
L. – Bueno, lo que Quinton concluyó fue que todo este trabajo definitivamente tenía que traducirse en una terapia, en una aplicación clínica. Y lo que hizo después fue comenzar a investigar con mamíferos a los que incluso llegó a intercambiar todo su medio interno por agua de mar hasta comprobar que nunca se sacrificaba ni un solo de ellos, y que al contrario, les daba una vitalidad extrema y características de máxima actividad. Posteriormente empezó a hacer las mismas pruebas en clínica humana, y para esto se inventó unos lugares que llamó Dispensarios Marinos, el primero de los cuales abrió en 1907. Allí empezó a atender problemas propios de la época, sobre todo entre la población infantil, de nutrición, deshidratación, artrepsias y atrofias. A partir de entonces comenzó a ver casos que corroboraban con una pasmosa lógica todos los postulados que ya había resumido durante diez años de experimentación en un gran libro que se llamó: El agua de mar, medio orgánico. En este libro está resumida toda su investigación, contiene un apartado teórico bien definido y una serie de memorias de las investigaciones basado en las cuales formuló sus Leyes de Constancia General que son: la Ley de la Constancia Térmica, la Ley de la Constancia Osmótica, la Ley de la Constancia Lumínica y la Ley de la Constancia Marina, que sustentan y se traducen en la Terapia Marina.
¿Y qué se desprende de estas leyes de Constancia General de Quinton?
L. – Estas leyes, que aún son desconocidas en el ámbito científico, encajan dentro de todo lo que yo ya venía tratando de clarificar dentro de la Teoría General del Atavismo. Me parece que darían claridad a muchos conceptos que todavía están vagos y que no nos permiten obtener una nitidez memórica que se pueda traducir, como hizo Quinton, en leyes de energía. Porque si la memoria está inscrita en asuntos biológicos, pues tenemos que rescatar cuáles son esos asuntos. Quinton los llamó leyes y probó que eran constantes a través de toda una serie de cuestiones. Más aún, concluyó que desembocaban en una terapia, demostró suficientemente la terapia, y aquí es donde por características propias del pensamiento humano y de las verdades que tenemos como instaladas, resulta tan sencillo que nos parece mentira.
¿Cómo es esto?
L. – Me he encontrado gente que dice: es que si esto fuera verdad, ya se sabría. Es el común denominador. Y pues no. Básicamente la paciencia que hay que tener es la paciencia que tuvo Quinton en su época. Cuando él descubrió el Método Marino, se le acercó mucha gente y le dijeron que preparara escritos, para ver qué aplicabilidad tenía en la política, en la sociología, en la filosofía científica, y él se quedó asombrado, “¿De qué están hablando? ¿Cómo me voy a poner a escribir libros? Hay cosas más apremiantes que escribir libros.” Eso les contestó a los que estaban preparando la enciclopedia de la Universidad de París, les dijo: “Tenemos que salvar vidas.” En esa época moría mucha gente, sobre todo entre la población infantil, y cuando le preguntaron cómo, les contestó: “Pues abriendo dispensarios”, y no dijo más. Simplemente abrió un dispensario, y a los cuatro meses otro y en poco tiempo, cuando vieron los resultados tan espectaculares, los hospitales de París empezaron a cederle enfermos terminales. Posteriormente fue a Norte América, invitado por la Sociedad Homeopática, y luego al Cairo donde había una alta mortalidad infantil en la época de verano. Él iba personalmente, daba instrucciones y con sólo agua de mar, resolvía el asunto. Y no hizo nada nuevo, simplemente recuperó algo que se había perdido, concatenó las ideas, las ordenó, escribió las leyes, las demostró y se dedicó a crear en silencio.
¿Y cómo se entrelazan los trabajos de Quinton con tus teorías sobre el atavismo, Laureano?
L. – La experiencia del atavismo se empezó a vislumbrar en forma más exacta cuando Herbert Spencer sentó sus principios de la filosofía evolucionista, y sugería que la memoria tenía que ser un asunto biológico. No habíamos caído en cuenta de que esa memoria de los orígenes, siendo un asunto biológico y siendo regida por la actividad cerebral global, podía llevarse a sus orígenes con un suministro de plasma marino. Esto encajó perfectamente con el atavismo cuando supe de los trabajos de Quinton que él denominó Grupo Prenatal. Experimentó con un grupo de mujeres en Francia que habían tenido embarazos anómalos, o el bebé nacía mal, o antes de tiempo, o se moría en el primer año de vida. Y en el próximo embarazo de estas mismas mujeres, se aplicó el plasma marino y no sólo vieron nacer bebés normales, con peso elevado, sino que también vieron desaparecer taras físicas hereditarias. Este es el punto clave del que debe partir la investigación para llegar a corroborar estos postulados básicos de Quinton en la teoría del atavismo. Yo ya en el prólogo (El plasma de Quinton de André Mahé) planteo que se sugiere que la célula, al regresar al contacto con sus orígenes, subvierte, por usar una palabra sencilla, el sentido de tiempo y espacio. Esto es lo que sugieren también estos experimentos de Quinton con el Grupo Prenatal.
¿Por qué se volvió a perder el conocimiento de la Cura Marina si estaba teniendo tan buenos resultados?
L. – El pronóstico que Quinton le hizo a su primer grupo de médicos y a todos los investigadores que empezaron a firmar los informes de los pacientes que se salvaban en el hospital, fue que todo este conocimiento se entendería hasta cincuenta años después. Quinton fue un visionario. Hay un dato que tal vez pocos conocen: a partir del descubrimiento de la Ley de la Constancia Térmica, Quinton se ganó como mecenas al Dr. Paré que había gastado sesenta años de su vida investigando por qué volaban las aves, y Quinton llegó y le dijo: “Porque en el interior de sus alas tienen 44º, por eso vuelan las aves.” Y cuando el Dr. lo comprobó, se quedó asombrado y lo nombró su asistente en el Laboratorio de Cirugía Patológica. Y esta idea de Quinton es lo que impulso la aviación en Francia. ¡Imagínense! Los periódicos de la época se burlaban cuando él decía “Llegará el día en que volemos sin hélice y sin motor”, pero él sabía a donde íbamos. Siempre decía que hay que tener paciencia y lo previó. De hecho dijo: “Pasarán cincuenta años antes de que se asimilen las Leyes de la Constancia”. Y pues no hace mucho que se empezaron a reeditar sus obras en París muy tímidamente. Y apenas hace seis meses ha salido en castellano este trabajo realizado por André Mahé y que es, digamos, el primer cuadernillo en forma didáctica que propone el diálogo de redescubrimiento de los experimentos básicos que dieron lugar a la pronunciación de la Ley de la Constancia General y lo que hay que hacer ahora. Ojalá que a partir de un cuaderno tan sencillo podamos crear la inquietud entre jóvenes investigadores para que se repitan estas experiencias que corroboraron la Ley de la Constancia. Por ejemplo, Quinton hizo el experimento de tomar células de las diferentes especies, ponerlas en agua de mar y descubrió que en el agua de mar tienen una vida útil normal de 21 días. Pónganla en una solución de producto soleico y les dura dos horas.
Hay un experimento muy famoso que llevo a cabo Alexis Carol, premio Nobel de Biología, él puso células de un corazón de pollo en un plasma que era una composición similar a la sangre, y cada día cambiaba el plasma. Las células de este corazón vivieron durante dieciséis años, y parece ser que habrían vivido más, pero murieron porque el ayudante se olvidó de cambiar el plasma en un fin de semana largo. Entonces esto demostró entre otras cosas, que las células no tienen por qué morir si cuentan con un medio adecuado. Lo cual, dicho se a de paso, corrobora el principio del naturismo de que lo primero es desintoxicar. O sea que, manejando bien estos conceptos, el agua de mar sería un elemento de primer orden, a nivel preventivo y a nivel terapéutico.
Y nutricional. Es muy importante recalcar la parte de la nutrición, porque lo que se ha visto en este campo es impresionante..
¿Cuántas sales tiene el agua de mar?
L. – En realidad tiene todos los elementos de la Tabla Periódica, en proporción exacta la de la vida.
La meta de Laureano
En opinión de Laureano Domínguez, continuar con las investigaciones de Quinton a la luz de los últimos paradigmas científicos, bien podría revolucionar los campos de la medicina y la biología, cuando menos. Es por ello que se ha dado a la tarea de retomar sin egoísmos la antorcha de Quinton embarcándose en la tarea de dar a conocer su obra en castellano con el único fin de crear conciencia entre quienes puedan impulsar nuevamente la creación de Dispensarios Marinos en zonas de alta mortalidad infantil, inicialmente en Colombia, no sólo para salvar vidas, sino para que sirvan como cátedras de observación a la ciencia médica. Como parte de sus labores, ha prologado el libro de André Mahé: El Plasma de Quinton (Icaria 1999); ha dictado en Barcelona algunos cursos sobre las Leyes de la Constancia de Quinton; ha invitado a especialistas como el químico Juan Miguel Coll, director de los Laboratoires Quinton Internacional con sede en Almoradí, Alicante para dar un seminario sobre el Método Terapéutico Marino; y continúa buscando aliados científicos para actualizar los experimentos básicos de Quinton a fin de rescatar sus aportaciones del olvido.
Barcelona / Agosto 2002.
La forma isotónica como la más segura para tomar agua de mar
Se viene escuchando opiniones sobre la forma hipertónica de tomar agua de mar como una forma de “curar” o llegar antes al éxito terapeútico, incluso por defensores del método marino.
La forma hipertónica como tal cuanto menos provoca trastornos osmóticos importantes a nivel digestivo que se traducen en naúseas, vómitos y diarreas.
Otra cosa es la toma de pequeñas cantidades 10 a 20 ml en deportistas como un aporte de sales y otras sustancias extra pero esto no debe de confundir hasta recomendar medio litro diario de agua de mar hipertónica.
Los resultados obtenidos en esta clínica a nivel de alivio de pesadez de piernas y otros casos interesantes expuestos más arriba han sido todos con agua isotónica. Jamás se ha recomendado la forma hipertónica, sencillamente porque para limpiar el medio interno no es necesario esta forma mas bien al contrario.
Los resultados desfavorables o claramente nulos también han sido con agua isotónica: entre estos casos citamos los eczemas y las dermatitis atópicas en los cuales no se han obtenido ningún resultado.
Como ya conocerán la forma isotónica se obtiene mezclando dos partes de agua de mar con 5 partes de agua mineral.
Dr. Rodriguez Leal/julio 2003
La sangre que vino del mar
Las aguas marinas esconden secretos científicos beneficiosos para la salud humana. Uno de ellos fue descubierto a comienzos de este siglo por el fisiólogo y biólogo francés René Quinton, descrito en su principal obra: L’eau de mer, milieu organique. El llamado Plasma de Quinton se utilizó entonces en París en los denominados dispensarios marinos.
Hoy se intenta recuperar su utilidad como medicina complementaria.
Toni González. Barcelona.
En la iglesia de Saint Ferdinand des Ternes, de París, una multitud despedía el 13 de julio de 1925 a René Quinton, un científico que hizo emerger de los océanos un hallazgo que hoy conocemos como plasma marino. Antes de la aparición de los antibióticos, este plasma obtenido del agua de mar tratada se ofrecía como una alternativa en enfermedades con alta incidencia durante la época e incluso endémicas como el cólera infantil, la deshidratación o la toxicosis.
Los tratamientos de Quinton que se aplicaban por vía subcutánea beneficiaron a pacientes con tuberculosis, mujeres gestantes y enfermedades con patología autoinmune. Sin embargo, todo quedó en el olvido cuando irrumpieron la penicilina y el desarrollo de la farmacología convencional. Las teorías más actuales justifican bajo diferentes postulados el uso del agua de mar tratada. Marco Francisco Payá, médico especialista en farmacología marina y director de un curso realizado en Barcelona sobre el método terapéutico marino, ha elaborado sus propias hipótesis sobre la actividad celular.
A su juicio, no es el descenso de la actividad celular la que provoca la disminución del agua intracelular, “sino el aumento de la actividad extracelular, en particular de la matriz extracelular -término acuñado por Alfred Pischinger, de la Universidad de Viena- lo que genera una transferencia del agua del medio intracelular al medio extracelular”. La experiencia clínica, según el especialista, muestra que la sensación de sed “desaparece con la edad, y en consecuencia los aportes hídricos se reducen. Eso modifica la función de la matriz extracelular”.
Las ventajas del plasma marino frente a diferentes sales terapéuticas existentes como el gluconato, pidolato y orotato, entre otras, son evidentes: “No encontramos problemas para conseguir el paso de la barrera intestinal, ni desequilibrio en los diversos sistemas de proteínas portadoras”. En los centros de medicina complementaria el plasma marino se recomienda en obesidad, procesos diarreicos, estados de cansancio, sinusitis e incluso anorexia o desnutrición.
Procesado
El agua de Quinton debía recogerse en áreas localizadas en el fondo marino. “Procedía de una corriente circular de tipo torbellino, una temperatura constante, composición mineral poco variable y con niveles de fitoplancton y zooplancton estables”, según Payá.
Los procesos modernos recogen hoy el agua a 30 metros de profundidad y a 10 metros del fondo del Océano Atlántico. Se transporta a los laboratorios mantenida a una temperatura de 4 grados centígrados. Antes de su envasado, pasa en frío por un microfiltro con orificios de 0,22 micras de modo que puede quedar esterilizada.
Con esta operación se obtiene un agua de mar hipertónica de alrededor de 30 gramos de sales totales por litro. Su aplicación subcutánea todavía no està aceptada ante el riesgo de necrosis, aunque han comenzado estudios experimentales en animales con este método.
La terapia marina de Quinton
Laboratorios Quinton
En 1897 el fisiólogo y biólogo Francés René Quinton demuestra, vía la experimentación, la identidad de nuestro medio interno (líquidos orgánicos) con el agua de mar (reducida a la concentración mineral fisiológica).
En una serie de experimentos celebres administra a unos perros, previamente sangrados hasta el límite de la vida, agua de mar para reconstituir la masa sanguínea. El éxito es total. Anteriormente había demostrado que los leucocitos (glóbulos blancos) viven tres veces más tiempo en agua de mar isotónica que en los medios de cultivos habituales como el suero fisiológico. Lo mismo con células y tejidos de distintas especies, preparando así los trabajos del que sería en 1912 premio Nobel de neurofisiología en medicina, Alexis Carrel.
En 1904 publica su obra cumbre L’eau de mer milieu organique, demostrando de manera inequívoca que la vida nace en el mar y que todos los organismos intentan mantener a lo largo de la evolución la concentración de las sales marinas del origen.
René Quinton es de su siglo, él de Pasteur, de Mendeleïev, el siglo de la química consecuencia de la era industrial. Es importante que subrayemos la época, no hay antibióticos ni fármacos de síntesis tal como se han impuesto hoy en el mundo farmacéutico y médico.
La mortandad infantil es enorme por deshidratación, con patologías irreversibles como cólera infantil, gastroenteritis agudas, hipotrofia, etc.
El Plasma de Quinton nace en 1905 se trata de agua de mar reducida a la isotonía con agua de manantial, preparado en frío por micro filtración (en aquella época filtros de cerámica Chamberland). La legislación farmacéutica es embrionaria y los requisitos legales flexibles en cuanto a elaboración.
Los primeros resultados clínicos son asombrosos y se consigue recuperar enfermos, niños y adultos, de dolencias muy graves, sino mortales, como erisipela, cirrosis, sin contar los casos de deshidratación.
Ante estos éxitos en 1907 se abre el primer Dispensaire marin en Paris en donde se ofrece a los enfermos desfavoridos tratamientos ambulatorios con inyecciones de agua de mar. La enorme demanda ante los resultados obtenidos obligan a abrir nuevos centros en Lyon y muy pronto decenas de Dispensaires marins hacen su aparición en Francia y en el resto del mundo. La mortandad se reduce en un 85% en los casos tratados con agua de mar debidamente preparada.
La terapia marina de René Quinton se extiende desde Egipto a Estados-Unidos pasando por la entonces Indochina francesa (Vietnam), este país será uno de los últimos en renunciar al Plasma de Quinton en 1975 con el cambio político consecuencia de la guerra.
A lo largo de sus cien años de existencia el Plasma de Quinton ha salvado decenas de miles de vidas humanas y animales y ha aliviado decenas de miles de enfermos crónicos que padecían enfermedades de todo tipo. Desde la dermatología, la ginecología, el aparato respiratorio, la oftalmología, en lactantes, en pediatría, en adultos, en animales los resultados son incontables y las obras clínicas publicadas son numerosas, en particular la obra clínica del doctor Jean Jarricot Le Dispensaire marin donde se recopilan centenares de casos con un seguimiento aún hoy indiscutible por el elevado nivel médico y estadístico de la obra. Cabe señalar también la obra veterinaria de Pierre Groulade donde se indica con gran precisión el campo de acción del Plasma de Quinton en patología canina.
El agua de mar parece restablecer las funciones celulares, no es la panacea pero permite en numerosos casos recuperar una vitalidad necesaria al restablecimiento de la salud. Numerosos autores recalcan el papel de “regenerador de todos los mecanismos celulares”.
Hasta 1982 tanto el Plasma de Quinton como la Duplase de Quinton son medicamentos sufragados por la seguridad social francesa en sus distintas vías de administración (inyectable, bebible, aerosoles, tópicos). En 1995 la Agencia del Medicamento francés recomienda cambiar la ubicación legal sanitaria del producto (agua de mar) para que no sea un producto inyectable e incluso para que deje de ser un medicamento y sea sólo un “complemento alimenticio”.
Frente a las presiones oficiales sólo queda el camino del compromiso para no desaparecer, el Plasma de Quinton y la Duplase de Quinton se transforman en productos dietéticos bebibles con unas nuevas denominaciones, siendo censurado el uso de los nombres de los medicamentos.
Las características físico químicas del agua de mar la hace difícilmente compatible con la clasificación y los criterios actuales de las normas administrativas (en particular en cuanto a los conceptos farmacológicos). Veamos por qué:
Primero ¿Efectivamente como clasificar un Totum1 ionomineral? En términos más comprensibles el agua de mar contiene la totalidad de los elementos químicos conocidos (clasificación periódica de los elementos). La Universidad de Miami ha publicado recientemente un cuadro con 83 elementos identificados en el agua de mar a concentraciones, para muchos, infinitesimales. A primeros del siglo XX sólo se conocían 25.
Segundo, esta noción de infinitesimalidad es un punto de fricción con la Administración que no reconoce la acción de la farmacología sin presencia molecular (aunque el último premio Nobel de química se haya atribuido a un investigador de la fentoquímica2 y estén legalizadas (con reserva sobre la eficacia) la homeopatía y la Spagiria, que utilizan substancias desconcentradas.
Tercero, la capacidad del agua de mar en actuar no sobre una enfermedad sino sobre el conjunto de nuestras células no encaja con la complejidad analítica de los actuales conceptos médicos.
Cuarto, hoy se sabe merced a la investigación puntera que la capacidad de hidratación de los iones (con cargas eléctricas) marinos es sumamente más elevada que la de los iones de los líquidos de síntesis. Determinando una capacidad de captación por las células mayor y por lo tanto cuestionando el concepto clásico de posología (altas dosis para mayor efecto).
¿Cómo doblegar a las leyes administrativas actuales (basadas en conceptos decimonónicos, obsoletos en este nuevo siglo) con un producto natural fuente de la vida (más que el agua dulce) cuya actividad desorienta por su complejidad complementaria?
Los resultados clínicos antiguos abogan por la gran eficacia del agua de mar tanto en patologías concretas (limitadas) tal como ha sido durante casi cien años (con cargo a la seguridad social) como en tratamientos globales sin entrar en conceptos nosológicos3.
Una vez aclarada la actualidad legal, obviamente directora, podemos comprobar que el agua de mar presenta unas ventajas importantes en relación con la salud sin ser la solución a todos los males.
El agua de mar hipertónica es un potente revitalizador celular, tanto bebida como en uso tópico. Su concentración en magnesio (4 veces más que la concentración en sangre) explicaría por sí solo, para los reduccionistas, este efecto euforizante. Es bien conocido también la gran efectividad de los baños de agua de mar sobre determinadas enfermedades de la piel como la soriasis o los eczemas.
En Alemania a lo largo del siglo XX se ha utilizado el agua de mar exclusivamente bebida (a diferencia de Francia donde se utilizó casi siempre en inyectable) en inmunología. Los resultados obtenidos han sido objeto de publicaciones, en revistas médicas indiscutibles, con resultados positivos sorprendentes (y fracasos) en alergias de todo tipo.
Vemos que el agua de mar natural, micro filtrada en frío, proporciona unos efectos estimulantes para el conjunto del organismo.
¿Por qué micro filtrada en frío?
Los estudios realizados por un departamento del INSERM (CESIC Francés) en la Universidad de Clermont-Ferrand (Francia) demuestran que el calor, las ondas y otros efectos físicos perturban y modifican las redes hídricas de los productos naturales. Por “red hídrica” se entiende el conjunto de las moléculas de agua, en un alimento por ejemplo. También se sabe que las moléculas de agua se reagrupan según determinados parámetros de “cohesión” y afinidades.
No es el objeto de este artículo pero así entendemos que la micro filtración en frío respeta totalmente la estructura del agua de mar y la hace compatible con nuestra agua orgánica, perfectamente definida en medicina con el nombre de Medio Interno.
La prueba indiscutible (fisiológicamente hablando) es que el riñón excreta bajo el efecto del agua de mar 2 veces más partículas sólidas y volumen líquido que bajo el efecto de un suero fisiológico convencional, a dosis iguales.
El agua de mar reducida a la concentración de nuestros líquidos orgánicos (Isotonía) permite el paso de informaciones vitales para las células.
Este concepto de “información” está hoy perfectamente documentado, no se limita exclusivamente al concepto químico (acción molar), tal como la ha puesto en evidencia un estudio reciente de las universidades europeas de Upsala, Basilea y Grenoble con la acción fotónica (luz) de una proteína.
Como vemos, el agua de mar será capaz una vez reducida a nuestra concentración mineral de unos 9 ‰ de sales totales, para nuestros líquidos internos, no sólo de aportar minerales y micro nutrimentos celulares pero de transmitir informaciones más sutiles parecidas a los efectos fotónicos mencionados y restablecer de manera natural un equilibrio factores de carencia, plétora, agresión, contaminación, que padecemos en nuestra sociedad actual.
El agua de mar isotónica tiene una acción marcada sobre la homeostasia4 (globalidad) también perfectamente descrita en medicina, pero cuyo concepto es ajeno a los planteamientos clínicos actuales totalmente orientados a la analítica.
En resumen el agua de mar nos ayudará (según su concentración) a resolver numerosas dolencias psicosomáticas, perturbaciones funcionales y más… antes de que aparezcan los planteamientos de la patognomonía5 convencional.
Los terapeutas formados al método marino podrán aconsejarle y ayudarle a encaminar los tratamientos correspondientes.
NOTAS
1 Totum es totalidad. Recordando la definición del Profesor Pelt aplicada a la biología: “La suma de las partes es inferior al totum”.
2 Femto : La unidad por 10 -15.
3 Estudio y clasificación de las enfermedades.
4 “Tendencia al equilibrio o estabilidad orgánica en la conservación de las constantes fisiológicas”.
5 “Ciencia de los signos y síntomas de la enfermedad”
Plasma marino y plasma humano
Su identidad fisiológica de cara a la regeneración del medio interior.
Aplicación terapéutica.
Philippe Goeb.
Extracto de la obra “Plasma marino y plasma humano”, en preparación por Editions Jakin.
Índice:
” Resumen.
” Definición.
” Introducción.
Resumen.
Las concentraciones relativas de cada elemento químico presente en el agua de mar y en el medio interno del organismo humano son similares. Es más, así como la homeostasis del medio interno está constantemente asegurada por los mecanismos reguladores del organismo, la composición mineral del océano es regulada por la actividad del ecosistema marino. Esta regulación confiere a la matriz salina del agua de los océanos propiedades excepcionales: sales minerales y oligoelementos están presentes de manera totalmente específica. Estas observaciones conducen a la hipótesis fundamental de este trabajo: la identidad fisiológica entre el plasma humano y el plasma marino.
De esto se derivan numerosas aplicaciones médicas que tuvieron una práctica intensa entre 1910 y 1950: los Dispensarios Marinos de Quinton y Jarricot. Su experiencia constituye la mejor demostración de la eficacia terapéutica del plasma marino. Su uso gira en torno a tres ejes: recarga hidroelectrolítica, reequilibrio funcional enzimático y regeneración celular.
El plasma marino actúa como un todo, como una sinergia de todos los minerales, catalizando el metabolismo. Induce el equilibrio mineral. Regenerando el medio interno, favorece la actividad celular y toda la economía del organismo se ve reforzada. Sus ámbitos de aplicación son múltiples: obstetricia, pediatría, dermatología, tratamiento de terreno, patologías digestivas e infecciosas, neurología, reumatología, estética…
Definición.
Llamamos plasma marino a unas soluciones elaboradas a partir del agua de mar y con una composición mineral similar a la del plasma humano. El plasma marino contiene los 92 elementos naturalmente presentes en la Tabla Periódica. Contiene sales minerales y oligoelementos en dosis y forma que corresponden a los del medio interno del organismo humano.
El plasma marino está elaborado exclusivamente con agua de mar y dulce rigurosamente seleccionadas según un protocolo de fabricación estrictamente determinado, que corresponde a los principios de calidad dictados por René Quinton, actualizados en función de las técnicas modernas y de las exigencias farmacéuticas, especialmente en cuanto a esterilización y acondicionamiento. El protocolo debe permitir la preservación de las propiedades vitales del agua de mar y los elementos que contiene.
El plasma marino no tiene que ser esterilizado por exposición a rayos gamma ni altas temperaturas. No puede estar en contacto con ningún material oxidable capaz de cambiar su naturaleza eléctrica durante su preparación. Debe acondicionarse en un entorno y de formas galénicas que le protejan de toda oxidación durante la conservación y a lo largo de su utilización.
El plasma marino puede presentarse bajo diferentes formas galénicas: ampolla, pulverizador, bolsa, etc. y concentraciones: en solución hipertónica al 33 por mil, que es la concentración salina media del océano, o en solución isotónica, diluído con agua dulce hasta la concentración de 9 por mil. Se puede utilizar concentraciones intermedias para usos específicos. Estas formas son absorbidas por varias vías: cutánea, nasal, bucal, rectal, subcutánea e intravenosa.
Introducción.
La idea de utilizar las propiedades del agua de mar para restablecer la salud humana es tan vieja como la medicina. Las referencias abundan. No obstante, como punto de partida de la Historia moderna del concepto de plasma marino consideraremos los trabajos del francés René Quinton. Estudiando la evolución del linaje zoológico, René Quinton emitió una hipótesis fundamental: existe una identidad fisiológica entre el medio marino y el medio interno del organismo humano. Esta hipótesis condujo a Quinton a rodearse de un equipo médico y a utilizar en gran escala el plasma marino en solución isotónica -llamado por él “Plasma de Quinton”- en los Dispensarios Marinos que fundó y en numerosos hospitales. Estos millones de inyecciones e ingestiones demostraron lo fundado de su hipótesis así como su eficacia terapéutica. Contribuyó a salvar decenas de miles de vidas humanas. Los principales casos tratados eran de tifus, cólera y diarreas -es decir las enfermedades que entrañan desequilibrios hídricos en el organismo- y la tuberculosis, los niños prematuros, anorexia, enfermedades de la piel y malnutriciones graves.
Entre los medios terapéuticos a nuestra disposición, el plasma marino ocupa un lugar aparte: se puede considerar que corresponde al punto de equilibrio del medio interno sobre el cual se construye la estructura del organismo. Desde un punto de vista zoológico, constituye el enlace que conecta el cuerpo humano con su origen marino, con su primera herencia.
La información médica procedente de los trabajos de los Doctores Jarricot, Lachaize y Macé, aunque constituye una fuente de información de alta calidad, no puede utilizarse sin adaptación. Es necesario reexaminar el conjunto de sus experiencias. Efectivamente, el contexto médico ha evolucionado y el tipo de patologías para las cuales el uso del plasma marino es recomendable se ha transformado considerablemente junto con los descubrimientos biológicos de la medicina moderna. Hay por explorar diferentes posibilidades:
” Patologías de terreno: enfermedades autoinmunes, problemas de reumatismo, espasmofilia, alergias.
” Patologías infecciosas: otorrinolaringológicas y broncopulmonares.
” Carencias masivas: deshidratación, diarreas, vómitos, hemorragias, desequilibrio mineral agudo.
” En tratamiento complementario en patologías que entrañan una desestructuración y una intoxicación del medio interno, como ciertos terrenos cancerosos.
La comprensión del concepto de plasma marino se basa en el estudio de dos medios:
” El medio interno, formado por plasma sanguíneo, plasma linfático y líquido extracelular, del cual estudiaré la homeostasis y su función específica en el metabolismo del organismo.
” El ecosistema marino y más concretamente su equilibrio mineral y la función específica de los materiales que contiene.
Uso del plasma marino
No desarrollaré aquí el uso de la talasoterapia porque necesitaría otro tipo de acercamiento y más especialmente el de la kinesioterapia, la hidroterapia y la climatología. No voy a mencionar más que muy brevemente las aplicaciones de las soluciones masivas isotónicas inyectables, de las que en la actualidad no dispongo de datos con la calidad y precisión necesarias para un estudio satisfactorio. Este trabajo está en curso de realización. Otras publicaciones se harán eco de él.
El plasma marino puede utilizarse en diferentes presentaciones galénicas:
” Solución hipertónica (33%o) en dosis de 10 ml: principalmente para vía oral y excepcionalmente para instilación nasal.
” Plasma marino en solución isotónica (9%o) estéril, apirógena, en ampollas de 10 ml: inyección subcutánea, intravenosa, mesoterapia, intrarrectal, vía oral y cutánea.
” Plasma marino en solución hipertónica (25 %o) en pulverizador: pulverización cutánea y uso nasal.
” Plasma marino en solución isotónica (9%o) en pulverizador: pulverización cutánea y uso nasal.
Disfrutar del mar. Una fuente inagotable de salud
El mar es la principal reserva de agua y minerales de la Tierra. Contiene más de 75 elementos simples, todos ellos identificados como necesarios para el buen funcionamiento del metabolismo humano. El más abundante es el sodio, responsable del sabor salado del mar, que también se encuentra presente en nuestro cuerpo.
Un litro de agua marina contiene una media de 35 gramos de sal y nuestro suero sanguíneo 9 gramos, cifra que se corresponde con la salinidad original del mar, cuando se formó la Tierra, y que es también la salinidad que tienen los animales y las plantas marinos. Esta similitud sugiere que, a pesar de la evolución, los seres humanos conservamos una memoria acuática, una carta de identidad biológica que nos recuerda nuestro origen marino.
Riqueza en minerales
Los primeros seres vivos surgieron en el mar, quizá porque en él se encuentran todos los elementos necesarios para la vida. Entre estos elementos destacan especialmente algunos minerales que nuestro cuerpo puede absorber -en una pequeña proporción- a través de la piel, como: el potasio, que junto con el sodio, regula la cantidad de agua en las células y los tejidos, y es imprescindible para mantener el tono cardiaco y muscular; el calcio, que contribuye en la formación de los huesos e interviene en otras funciones, como la contracción muscular o la coagulación de la sangre; el magnesio, cuyo metabolismo está ligado al del calcio, ya que regula su equilibrio; el azufre, útil contra el reumatismo y para fortalecer los huesos y los tendones; el silicio, que forma parte de los huesos, las uñas y el pelo, y actúa sobre el sistema inmunitario, y el yodo, que es el elemento más específico del agua de mar. El yodo actúa principalmente sobre la glándula tiroides, que es la que regula el metabolismo de nuestro organismo y ejerce un efecto desinfectante a nivel de la piel.
La composición mineral del agua del mar es la misma en cualquier punto geográfico del planeta, con mínimas variaciones, debido a las corrientes submarinas y el oleaje. La única excepción es el Mar Muerto, que, al ser un mar cerrado y con una evaporación excepcional, contiene más de un kilo de sal por litro de agua, además de unos fangos sedimentarios de miles de años de evolución.
¿Qué aporta el aire del mar?
Los efectos de la brisa marina se sitúan únicamente en una pequeña franja de litoral, donde las condiciones meteorológicas son de una uniformidad excepcional. Además, los océanos y los mares se enfrían y se calientan mucho más lentamente que la superficie de la Tierra o la atmósfera. Por eso, las masas de agua son excelentes reguladores de temperatura. Ésta es una de las razones por lo que las curas marinas son eficaces en las afecciones reumáticas, muy sensibles a los cambios de temperatura.
El aire del mar, además, es rico en iones negativos, unas partículas cargadas energéticamente que, al contrario de los positivos, tienen un efecto beneficioso sobre el organismo: relajan y favorecen la producción de serotonina, un neurotransmisor cerebral cuya liberación produce sensación de bienestar. A menos de 100 metros del mar la cantidad de iones negativos que hay en el aire es de 50.000 por metro cúbico, una cifra alta si tenemos en cuenta que en las ciudades no suele pasar de 500.
Una atmósfera más pura
El aire del mar también actúa como un auténtico aerosol, enviando gran cantidad de micropartículas a la atmósfera. Son pequeñas gotas de 20 a 100 micras cargadas de oligoelementos que absorbemos rápidamente a través de los alveolos pulmonares. Uno de estos elementos es el yodo. Cuando el mar está agitado, la cantidad de micropartículas es diez veces mayor. Asimismo, el mar es un productor de ozono natural, un agente que purifica el aire gracias a sus propiedades antisépticas.
Por otro lado, la presión atmosférica es máxima al nivel del mar y la cantidad de oxígeno mayor, lo que se traduce en una oxigenación más activa del organismo, que tiene una acción sedativa y ralentiza el ritmo respiratorio. Este efecto ayuda a recuperarse y a reemprender la actividad tras un periodo de sedentarismo o convalecencia de alguna enfermedad.
El aire del mar es el mismo en las distintas zonas geográficas. Sin embargo, a la hora de escoger un lugar hay que tener en cuenta la estación del año y el clima. El Atlántico en invierno no se aconseja para hacer una cura de reposo, pero es muy tonificante. El Mediterráneo, en cambio, ofrece un clima suave ideal para el descanso, aunque en verano es demasiado caluroso.
Los beneficios de los baños de mar
Nadar es uno de los ejercicios más saludables, y practicarlo en el mar multiplica sus beneficios. De entrada, la simple inmersión en el agua a un metro treinta de profundidad permite obtener un equilibrio entre la presión interna corporal y la presión externa ejercida por el agua de mar, lo que se traduce en varios efectos muy positivos:
1. Mejora la capacidad respiratoria
La práctica neutralidad de las presiones permite un aumento del volumen de la carga torácica y una mayor movilidad del diafragma. Eso se traduce en una mejora de la capacidad respiratoria, una mejor oxigenación y un incremento de los glóbulos rojos de alrededor de un 10%.
2. Favorece la eliminación de toxinas
Estar sumergido en el agua de mar produce un efecto drenante, o sea estimula el circuito venoso y linfático debido a que la presión del agua es mucho más alta que la presión del aire. El resultado es una movilización del agua extracelular que favorece la eliminación de líquidos.
3. Activa la circulación
La presión del agua, que es mayor en el fondo y va disminuyendo conforme alcanza la superficie, facilita la circulación venosa de retorno. Y el movimiento del agua de mar mejora la circulación en los vasos capilares.
4. Beneficia al corazón.
Como en el agua de mar el cuerpo pesa ocho veces menos, el corazón actúa con un esfuerzo mínimo. Gracias a ello, cualquier ejercicio dentro del agua se puede hacer con unas condiciones de confort óptimas.
5. Mejora la movilidad y la fuerza muscular.
A medida que pasan los años y cuando se llega a una edad avanzada, se pierde entre un 40 y un 50% de masa muscular, lo que conlleva una cierta fragilización de los huesos. Este hecho puede favorecer el desarrollo de enfermedades osteoarticulares o la aparición de osteoporosis.
Para mejorar la movilidad y la fuerza muscular es fundamental hacer ejercicio, y el agua de mar es un medio especialmente idóneo para las personas mayores, ya que les permite practicarlo sin hacer mucho esfuerzo.
6. Fortalece los huesos.
Los oligoelementos disueltos en el agua de mar se pueden absorber a través de la piel. Este hecho se ha demostrado en el caso del yodo, y el Instituto Francés de Estudios de Recursos Marinos está investigando ese mismo efecto con el calcio y el fósforo. Lo que sí se ha comprobado es que el medio marino mejora la fijación del ion calcio y fósforo en los huesos. Gracias a ello una fractura se consolida más rápidamente. Por eso, además de mejorar la movilidad muscular y articular, el mar es un buen remedio en la prevención y el tratamiento de la osteoporosis.
Doctora Rosa Blasco.
(Médico naturista).
La conexión entre el agua del mar y el cuerpo humano
Dos terceras partes de nuestro cuerpo son agua, un elemento imprescindible para la vida, cuya composición mineral es bastante similar a la del medio marino:
Existe una prueba de la bella y profunda armonía entre el ser humano y el planeta que lo acoge: el cuerpo es en un 65% agua que en su mayoría tiene una composición mineral prácticamente idéntica a la del mar. Esta composición es la que permite que las células puedan desarrollar sus funciones en las mejores condiciones. El mismo líquido que acogió el nacimiento de la vida en la Tierra está, pues, presente en el interior del cuerpo humano. Tanto es así que el agua de mar, convenientemente filtrada, es un suero fisiológico natural. De hecho, se puede inyectar en vena y el cuerpo lo acepta como si fuera plasma sanguíneo. Los aproximadamente 5 litros de sangre que fluyen constantemente por nuestro cuerpo son una prueba evidente de la presencia de agua (es agua pura en un 78%). Sin embargo, hay otros 45 litros que se distribuyen en los tejidos, dentro y fuera de las células. Esta agua es el medio que sirve de soporte a la vida celular.
M. Núñez y C. Navarro.
Curar enfermedades con ampollas de agua de mar
El Doctor Marco Francisco Payá es director médico de los Laboratorios Quinton Internacional, emplazados en Alicante, cuya misión es envasar el llamado “Plasma de Quinton”.
El contenido de estas ampollas es agua de mar obtenida a 30 metros de profundidad en unas zonas concretas, donde se mantienen de forma constante las mejores condiciones para el desarrollo de la vida.
Esta agua contiene más de 90 minerales y oligoelementos y, filtrada en frío, se utiliza para tratar una amplísima variedad de problemas de salud, ya que proporciona a las células humanas un medio idóneo para poder desarrollar sus funciones, como la asimilación de nutrientes o la expulsión de residuos. Por eso se utiliza con fines terapéuticos para recuperar las características del medio líquido interior cuando, por cualquier razón, ha dejado de ser el más adecuado para las células y propicia la aparición de desequilibrios que conducen a la enfermedad.
Pero, ¿qué contiene esta agua que no tenga un agua mineral natural?. El Doctor Payá responde que “el plancton vegetal del mar digiere los minerales y los transforma en sales orgánicas que el organismo asimila de forma mucho más eficaz”.
Aplicaciones terapéuticas
Sus indicaciones principales son: la eliminación de toxinas y el refuerzo del sistema inmunitario, el tratamiento de problemas otorrinolaringológicos y del riñón, la recuperación de deportistas, la celulitis, el síndrome premenstrual y la irritación digestiva.
Eficacia demostrada
El plasma toma el nombre del doctor francés René Quinton, que investigó las cualidades del agua marina a principios del siglo XX. Tras comprobar experimentalmente la similitud entre el mar y el medio interno fisiológico, promovió la creación de dispensarios marinos donde se administraba agua de mar como terapia principal. La cura gozó de gran popularidad y reconocimiento -el plasma estuvo incluido en la Seguridad Social francesa hasta 1979 y se comercializaba como suero fisiológico-, pero fue cayendo en el olvido tras la muerte de Quinton en 1925.
Actualmente en el Estado español se comercializa como producto dietético y se exporta a Europa y Latinoamérica.
Se envasa en ampollas y puede encontrarse en dos presentaciones, una hipertónica y otra isotónica, mezclada con agua mineral natural de baja mineralización para reducir la concentración de sales.
Podríamos estar hablando y leyendo sobre este tema durante mucho tiempo. Espero que esta recopilación de datos haya podido aclarar dudas, abrir nuevos caminos a la salud y dar ánimos a los lectores a investigar sobre este campo tan amplio que es el de la salud.
Más información: Asociación René Quinton para el Estudio, la Investigación y el Desarrollo de la Bioterapia Marina. Teléfono: 96-5702511. Dirección de correo electrónica: quinton@mx3.redestb.es. M. Núñez y C. Navarro . |
Informacion clinica
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Vías de absorción del plasma marino
1. Uso externo: piel y mucosa nasal. El pulverizador isotónico se utiliza para hidratar la piel y de las mucosas nasales, enjuagar las fosas nasales, el eczema seco, la psoriasis, las quemaduras de primer y segundo grado, la limpieza del conducto auditivo y la cicatrización. El pulverizador hipertónico se utiliza por su acción astringente. En el cuidado de la nariz y los senos asegura una acción de drenaje muy interesante a causa de la gradiente presión osmótica existente entre el pulverizador hipertónico al 25%o y el medio interno al 9%o. Después del uso del pulverizador hipertónico es necesario efectuar un enjuague mediante el pulverizador isotónico, que permita un restablecimiento inmediato del equilibrio hidroelectrolítico y descarte el riesgo de una inflamación por la sal que podría acarrear un uso prolongado sin enjuague. La acción del pulverizador hipertónico está recomendada en los casos de rinitis y de sinusitis. A nivel cutáneo se utiliza en caso de eczemas purulentos. El plasma marino isotónico también se utiliza para impregnar las compresas para curar quemaduras ligeras y para instilación nasal. 2. Vía oral Para este uso, la forma más recomendada es la solución hipertónica en ampollas. El aporte cuantitativo es mayor y el coste menos elevado que la isotónica. Hay dos tomas posibles: conservando la solución en la boca durante uno a dos minutos y bebiendo un vaso de agua a continuación a fin de facilitar la asimilación; o bebiendo un vaso de agua en el que se haya diluido 10 ml. Para los recién nacidos, se añade unos mililitros de plasma hipertónico en el biberón, el 10% de su volumen, no más. Beberlo es más fácil que inyectarlo y preferible para la recarga mineral, para las astenias y anemias benignas, terrenos ligeramente debilitados y como complemento para la mayoría de los tratamientos del terreno así como asociarlo a la ingestión de oligoelementos. La vía oral se utiliza frecuentemente como complemento o como segundo paso para tratamientos por inyección subcutánea, intravenosa e intrarrectales. Como complemento alimenticio es de gran valor: completo, equilibrado, asimilable e inductor del equilibrio mineral. Es recomendable tanto en caso de acidosis como de alcalosis. La vía oral está también especialmente adaptada para la regeneración de las mucosas intestinales. 3. Inyección subcutánea La inyección subcutánea es el modo de absorción escogido cuando se quiere inducir una modificación del terreno con la ayuda del plasma marino isotónico. Las dosis deben ser adecuadas porque éste actúa como un espejo del estado del medio interno: revela las debilidades del terreno. El arte de la posología será actuar con moderación a fin de inducir una transformación progresiva, determinando la duración y las cantidades necesarias para alcanzar la dosis modificadora del terreno. Por regla general y exceptuando una intervención de urgencia (desequilibrio hídrico, tifus, cólera, diarreas, desnutrición crítica), cuanto mayor sea el desequilibrio del organismo, más reducidas deben ser las dosis iniciales. En la práctica, la transformación progresiva del terreno se comprueba por la aceptación perfecta de dosis mayores. Las inyecciones de plasma marino isotónico son generalmente indoloras en el momento de la inyección. Si los volúmenes son grandes, se forma una bolsa ubcutánea que se reabsorbe rápidamente dejando localmente una ligera sensibilidad durante uno o dos días. Las inyecciones son apirógenas. Las inyecciones subcutáneas se practican generalmente frente al omóplato o en la pared abdominal, algunas veces en el brazo o en el muslo según la preferencia emocional del paciente. 4. Inyección ntravenosa Al ser la sangre el tejido más ligado al medio interno, es especialmente receptiva a su acción terapéutica y un vector extremadamente rápido para su asimilación. Se escoge, pues, el uso de inyección intravenosa en todas las afecciones que conciernen a los tejidos sanguíneos, trastornos funcionales, desequilibrio del pH sanguíneo, en caso de alcalosis o acidosis y en enfermedades degenerativas de la sangre. Solamente en el caso de la anemia benigna el uso de plasma marino en solución hipertónica se muestra suficiente y más práctico. Como permite una asimilación muy rápida del plasma marino, se elige la inyección intravenosa en todos los casos de urgencia como la hiponatremia extrema y los shocks hemorrágicos y operatorios. En caso de colapso a consecuencia de una deshidratación, primero se da una inyección subcutánea masiva, sustituyéndose el producto clásico de rehidratación por plasma marino en solución isotónica, con una posología equivalente. 5. Vía rectal La vía rectal presenta diferentes ventajas: por una parte es fácil de aplicar, por otra la asimilación a través de la mucosa rectal es particularmente inmediata. Es la vía de absorción que más rápidamente afecta al tono físico. Esta vía de asimilación está indicada para todos los casos de urgencia e infecciones. Permite por ejemplo dar un impulso energético fugaz a los niños que presentan enfermedades infecciosas de repetición y que no acaban de conseguir un equilibrio satisfactorio. Puede elegirse para un tratamiento del terreno prolongado, administrado en pequeñas dosis. El uso rectal se realiza mediante una pera de lavativa clásica. La vía rectal sustituye a las inyecciones intravenosas y subcutáneas en los casos de pacientes refractarios a las inyecciones. En este caso se utiliza dosis similares pero prestando especial atención a las reacciones provocadas por las primeras tomas a fin de evitar cualquier efecto secundario desagradable. 6. Mesoterapia Las microinyecciones están especialmente indicadas en reumatología y dermatología. Este tipo de aplicación se adapta bien a los problemas situados sobre la columna vertebral y las articulaciones mayores. En caso de afecciones en los dedos, aunque eficaz, la mesoterapia puede resultar dolorosa, no por el hecho del plasma marino sino por la práctica de las microinyecciones. Están estudiándose otros métodos de administración, como la ionocinesis. Posologías según el tipo de afección. Las posologías resumidas a continuación son los resultados de mi experimentación médica estos últimos años. Mis propuestas son innovadoras puesto que no existía ningún otro trabajo respecto la aplicación intrarrectal, por ejemplo. Así pues, esta lista de posologías e indicaciones no pretende ser exhaustiva y necesita más estudios, en particular sobre la administración de grandes dosis y una comparación en profundidad entre las diferentes vías de absorción. No existen contraindicaciones conocidas, ni incompatibilidad con otros tratamientos. Sin embargo hay que observar ciertas precauciones de empleo. La más importante es proscribir las inyecciones masivas en las personas que padezcan epilepsia, como había señalado René Quinton a principios de siglo. El uso de pequeños volúmenes (10 ml) con aumento progresivo de la dosis no parece generar efectos secundarios. Tengo una experiencia limitada sobre el uso de plasma marino en epilépticos. Por regla general, el uso de dosis excesivas al comienzo del tratamiento resalta las carencias del terreno. Por tanto hace falta dosificar el tratamiento en el tiempo y evitar una reestructuración del medio interno demasiado rápida. Es necesario vigilar especialmente la posología en casos de terrenos profundamente debilitados, por ejemplo acompañados de úlceras varicosas y, en general, en todas las degradaciones importantes del sistema circulatorio. 1. Obstetricia. Pediatría. ” Astenia de la mujer embarazada. De 1 a 2 veces 10 ml de plasma marino hipertónico todos los días durante todo el embarazo. 2 Astenia profunda, vómitos, problemas circulatorios, anemia benigna, hipotrofia fetal. 10 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana, luego 10 a 20 ml a lo largo de los primeros meses de embarazo. En caso de deficiencia profunda del terreno, aplicar el tratamiento al menos durante 3 meses. Se puede hacer un cambio a plasma marino en solución hipertónica bebible. La vía rectal es demasiado violenta si está mal dosificada. En caso de rechazo a las inyecciones, la administración rectal debe hacerse en dosis menores, aumentándolas progresivamente. Tratamiento prenatal. Retraso en el crecimiento intrauterino. 10 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana, después de 10 a 20 ml a lo l a rgo de los primeros meses del embarazo. Precisiones: a . En todos los casos relacionados con el terreno maternal : delgadez, talla, malnutrición, ingestión tóxica (tabaco, alcohol, drogas): El plasma marino en solución isotónica y el plasma marino en solución hipertónica utilizado como relevo constituyen un tratamiento fundamental. Se aplica la misma posología y, según la gravedad del caso y la tolerancia del tratamiento, las dosis pueden llegar hasta 30 o 40 ml por inyección. b. En casos de retraso debido a una malformación ginecológica: El plasma marino en solución isotónica ayuda a disminuir los efectos secundarios de estos problemas en el feto. c. En caso de retraso de crecimiento debido a patologías fetales primarias y particularmente en caso de patologías infecciosas: Empezar con una dosis similar y después aumentar hasta 4 veces por semana. Vigilar el estreñimiento de la madre indicándole la dosis más eficaz. ” Parto, depresión postparto, astenia, anemia benigna. De 10 a 20 ml por día por vía subcutánea hasta que mejore, después 3 veces por semana. Hipotrofia: recién nacido de poco peso, por causa habitualmente nutricional. 10 ml todos los días, los casos graves; 2 veces al día en tratamientos prolongados. d.-Prematuros. El plasma marino en solución isotónica está particularmente bien indicado. 10 ml, después 2 veces 10 ml, incluso 2 veces 20 ml todos los días vía subcutánea, rectal o añadido a la perfusión. 2. Dermatología. ” Eczema. 5 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana durante 1 o 2 semanas, 10 ml 3 veces por semana durante 1 semana, después 20 ml todos los días si es preciso hasta mejorar. Prolongar el tratamiento para reforzar el terreno después de la desaparición de síntomas. Al principio del tratamiento, el aumento de las dosis estará determinado esencialmente por la tolerancia del paciente. Ésta se nota con la salida del eczema. Si la tolerancia es buena, el aumento puede ser más rápido, y a la inversa. ” Psoriasis, urticaria dermatitis infecciosas, herpes, alergias, acné, forúnculos. 20 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana durante 1 semana; si la tolerancia es buena, 20 ml todos los días hasta mejorar. Como variación, para reforzar el terreno después de la desaparición de síntomas, 2 veces 10 ml de solución hipertónica bebible durante 21 días. ” Quemaduras. El uso del plasma marino tiene una triple acción: ” complementar el consumo de minerales. ” compensar la deficiencia hídrica. ” estimular la regeneración celular para acelerar la cicatrización y mejorar su calidad. a. Quemaduras de primer grado. Usar tantas veces como se necesite las pulverizaciones del pulverizador isotónico sobre las zonas afectadas. Cuando las superficies afectadas son importantes, se puede completar con la toma de 2 veces 10 ml por día de plasma marino en solución hipertónica. Quemaduras del sol: tan pronto como las sensaciones de calor y la aparición de rojez característica de la epidermis se manifiestan, pulverizar, cada cinco minutos aproximadamente con el pulverizador isotónico hasta la saturación de la absorción. El efecto calmante es inmediato. Se previene de esta manera las ampollas y la descamación por una exposición excesiva al sol. Según la importancia de la superficie expuesta, la cantidad de plasma marino en solución isotónica utilizada varía desde 50 a varias centenas de ml. b. Quemaduras de segundo grado. Si la quemadura está vendada, impregnar las compresas estériles con plasma marino isotónico. Si la quemadura no está vendada, pulverizar plasma marino isotónico a voluntad. Cuando las superficies afectadas son importantes, y más aún si existe riesgo de deshidratación, inyectar subcutáneamente. Las cantidades estarán determinadas por la importancia de la deshidratación eventual. c. Quemaduras de tercer grado. Impregnar todas las vendas con plasma marino isotónico. Inyectar subcutáneamente o practicar enemas de forma regular. Cuando las superficies afectadas son importantes, proceder a la perfusión con plasma marino isotónico. 3. Tratamiento de terreno. Las enfermedades que aparecen a continuación son o pueden ser graves, incluso mortales. Para ellas el uso del plasma marino debe ser experimentado de una manera más precisa. Las experiencias hasta la fecha se muestran positivas pero son insuficientes para ser objeto de una publicación más completa. El efecto del plasma marino consiste en paliar los efectos secundarios de terapias fuertes, y de las toxinas producidas por estas enfermedades. La importancia de su función en la terapia dependerá del estado fisiológico general y del grado de evolución de la enfermedad, en función de los principios de acción descritos antes. En la mayor parte de las enfermedades llamadas “de civilización” hay un desequilibrio mineral profundo. ” Autoinmunodeficiencias, anemias, esclerosis múltiple. Antes de administrar esta posología, la regla general es realizar 3 a 5 inyecciones de 10 ml un día de cada dos. Si la tolerancia es buena, añadir progresivamente la vía rectal. El umbral de tolerancia determina la rapidez de aumento de las dosis. Una mala tolerancia se percibe localmente por un picor y la formación de una bolsa subcutánea que muestra que ha habido una mala resorción en el momento de la inyección. Se nota en el estado general por una astenia y el despertar de patologías subyacentes. Estas señales confirman la necesidad del tratamiento con la ayuda de plasma marino que reestructura el terreno y produce estos efectos desagradables, pero también la mala adaptación de las posologías administradas. Hará falta, pues, retomar el tratamiento con una posología más ligera. 20 ml por vía subcutánea o rectal cada día durante 1 mes, después según la mejora pasar a 20 ml por vía subcutánea 3 veces por semana durante 3 meses. ” Carencias. a. Déficit crónico de sales minerales y oligoelementos: 3 veces 10 ml de plasma marino en solución hipertónica, oral, durante 30 días. Repetir el tratamiento si es necesario. Inyección intravenosa, adaptando la dosis según los resultados de los análisis. ” Terreno deficiente: anemia y su comitiva funcional, convalecencia de enfermedades infecciosas, astenia. Bebible: 3 a 6 veces 10 ml de plasma marino en solución hipertónica por día durante 2 meses.*** 4. Patologías digestivas. ” Hepatitis virales. 20 ml 5 veces por día, vía rectal, hasta la mejora de la astenia y la vuelta del bienestar digestivo, con o sin inyecciones subcutáneas 3 veces por semana en función de la edad del paciente y de los hábitos del terapeuta. Trastornos hepáticos funcionales. 20 ml 3 veces al día, vía rectal. Diarreas. Las dosis deben estar adaptadas a la deshidratación y a las consecuencias hemodinámicas, contribuyendo así a restablecer el lecho vascular. Diarreas agudas del adulto: 100 ml 2 veces al día por vía subcutánea. Es la posología dada por Jarricot. No la hemos vuelto a experimentar. ” Las diarreas virales temporales agudas del recién nacido así como las diarreas coleriformes tienen un tratamiento adaptado al grado de deshidratación: a. Deshidratación inferior al 10 %: 50 a 100 ml de plasma marino en solución isotónica absorbido por vía bucal según el deseo (o la necesidad) del niño. b. Deshidratación superior al 10 % e intolerancia digestiva aguda (vómitos, rechazo a beber): perfusión. c. Deshidratación superior al 15 %: perfusión y posteriormente tratar el colapso y la acidosis. El colapso y la acidosis pueden ser tratados con inyecciones subcutáneas grandes, cuyo volumen esté determinado por la corpulencia del individuo y la gravedad del caso. d. Diarreas crónicas ligadas a la desnutrición: 20 a 50 ml por día cada 3 días. Efectuar al menos 15 inyecciones en total. Alternar un biberón de leche con un biberón de plasma marino en solución hipertónica diluido al 10 % en agua. ” Trastornos digestivos, dispepsias. 20 ml al día, vía rectal, mientras duren los síntomas. ” Estreñimiento crónico del recién nacido: 20 ml por día vía rectal; del adulto: 20 ml 2 veces al día vía rectal.
” Astenias profundas y estados depresivos. 10 ml durante 3 días, después 20 a 50 ml 2 veces al día, vía rectal durante 8 días, después por vía subcutánea 3 veces por semana. La aceptación física y psíquica del tratamiento se tiene que seguir de cerca. ” Espasmofilia. 10 a 20 ml, vía subcutánea, todos los días durante 10 días. Si es necesario, alternar 10 días sin y 10 días con el tratamiento. 6. Patologías infecciosas. ” Patologías broncopulmonares: bronquitis, asma. 20 ml,vía rectal, cada noche mientras dure la afección, después espaciar, 20 ml cada 3 días durante un mes. ” Patologías ORL: rinofaringitis, otitis (niños hasta 7 años), sinusitis, anginas agudas o crónicas. 10 a 20 ml al día, vía rectal, mientras dure la infección, después 20 ml cada 3 días durante 1 mes, complementado con drenaje sinusal con pulverizador de plasma marino en solución isotónica. 7. Reumatología ” Artrosis, artritis, reumatismo, reumatismo articular agudo, poliartritis, calambres, mialgias. ” 20 ml al día, vía subcutánea, durante 10 días, después 20 ml vía subcutánea 3 veces a la semana hasta mejorar. ” Mesoterapia: el uso del plasma marino isotónico dependerá de la experiencia del terapeuta. 8. Estética ” Hidratación de la piel. Aplicación de la mesoterapia. ” Ayuda a tratamientos específicos utilizados en función de la experiencia del terapeuta. ” En asociación con estos tratamientos. ” En tratamiento de terreno: 10 ml 3 veces a la semana, vía subcutánea. |