SÓLO UN SER HUMANO DESPIERTO ES UN VERDADERO REVOLUCIONARIO (FROMM Y KRISHNAMURTI)
Generalmente, la palabra “revolución” siempre ha estado asociada a la visión de un cambio brusco, externo y colectivo en los contextos político-militares, socio-económicos y religioso-culturales (por cierto, todas estas revoluciones han estado controladas hasta el más mínimo detalle, especialmente, las revoluciones estadounidense, francesa y rusa), mientras que la concepción de una transformación radical, individual e interna no suele ser promovida dentro del Sistema, con la salvedad de ciertos movimientos sectarios o por ciertos intelectuales supuestamente independientes en correspondencia con la Espiritualidad. No obstante, hay una tercera vía por la cual el individuo se rebela de manera externa contra la casta dirigente que sostiene el gobierno, siempre teniendo en cuenta que sea apoyado por otros sujetos en los que germine la semilla de la sublevación, por lo general, esto sólo ha pasado en eventos muy concretos a lo largo de la historia de la Humanidad, es decir, las revueltas de esclavos o de campesinos contra la jerarquía imperial romana y contra los señores feudales, pero siempre han sido sofocadas, porque no se puede luchar contra el Sistema utilizando sus propias “armas” en un campo de batalla, así que cualquier rebelión de esta naturaleza garantiza un fracaso estrepitoso. Sin embargo, esta tercera vía es la reacción que esperan los amos del mundo en dos grandes momentos: el primero será durante el desmantelamiento final del Estado de bienestar de los Estados-nación, y, el segundo cuando se haga oficial el Nuevo Orden Mundial para reiniciar el Sistema.
A mi entender, una revolución colectiva es un gran error que se repite constantemente en la historia humana, de hecho, la humanidad ya lleva mucho tiempo dividida, desfragmentada, manipulada, dormida,… Y, conseguir todo lo contrario, no se logra porque la humanidad escuche los tambores revolucionarios durante un momento, es preferible pues una revolución interna e individual, es necesario que los/las despiertos/as generen una revolución interior tan profunda que permita contagiar con su vibración a otras personas hasta el punto de transformarlas, y es que hay que convertirse en los/las pioneros/as para la nueva generación de humanos, puesto que el mundo es un campo de batalla, donde los humanos somos el botín, sí pudiéramos mantener despiertos a los bebes alejados de la televisión y otros venenos, ya sería un gran paso para detener la siembra de ZOMBIES ignorantes Y AUTÓMATAS consumidores, y es que quienes estén despiertos deberían de cultivar a DESPIERTOS/AS, y hay que empezar con los/las niños/as.
Os dejo con dos extractos de Erich Fromm y Jiddu Krishnamurti, donde se explica que el ser humano despierto es el verdadero revolucionario.
Erich FROMM, La condición humana actual.
“A manera de resumen, cuando digo carácter revolucionario no me refiero a un concepto conductual sino a un concepto dinámico. Uno no es un “revolucionario” en este sentido caracterológico porque profiera frases revolucionarias o porque participe en una revolución. En este sentido es revolucionario el hombre que se haya emancipado de los lazos de sangre y suelo, de su madre y su padre, de fidelidades especiales al Estado, clase, raza, partido o religión. El carácter revolucionario es un humanista en el sentido en que siente en sí mismo a toda la humanidad, y en que nada humano le es ajeno. Ama y respeta la vida. Es un escéptico y un hombre de fe.
Es escéptico, pues sospecha que las ideologías encubren realidades indeseables. Es un hombre de fe, pues cree en aquello que existe potencialmente, aunque todavía no haya nacido. Puede decir “no” y ser desobediente precisamente porque puede decir “sí” y obedecer a aquellos principios que le son genuinamente propios. No está semidormido sino plenamente despierto ante las realidades personales y sociales que lo rodean. Es independiente; lo que es lo debe a su propio esfuerzo; es libre y no es sirviente de nadie.
Este resumen puede sugerir que lo que acabo de describir es bienestar y salud mental antes que el concepto de un carácter revolucionario. No hay duda de que la descripción hecha corresponde a la de una persona sana, viva, cuerda. Mi afirmación es que la persona sana en un mundo insano, el ser humano plenamente desarrollado en un mundo tullido, la persona completamente despierta en un mundo semidormido, es precisamente el carácter revolucionario. Una vez que todos estén despiertos ya no habrá necesidad de profetas o caracteres revolucionarios: sólo habrá seres humanos plenamente desarrollados.
Por cierto que la mayoría de las gentes no han sido nunca caracteres revolucionarios. Pero la razón por la cual ya no vivimos en cavernas es precisamente porque en la historia humana ha habido siempre suficientes caracteres revolucionarios como para sacarnos de las cavernas y sus equivalentes. Hay empero muchos otros que pretenden ser revolucionarios cuando en realidad son rebeldes, autoritarios u oportunistas políticos. Soy de opinión que los psicólogos pueden desempeñar una importante función al estudiar las diferencias caracterológicas que se esconden en estos diversos tipos de ideólogos políticos. Pero, para poder hacerlo adecuadamente, me temo que los psicólogos deban poseer algunas de las cualidades que este ensayo ha intentado describir: ellos mismos deben ser caracteres revolucionarios.”
Krishnamurti, La revolución Interior, y una conferencia (Puerto Rico, 1968).
“Y existen, además: la rebelión de los jóvenes contra el orden establecido, una aterradora injusticia social, pobreza, brutalidad y horrores inexpresables. Cuando uno observa todo esto racionalmente, sin prejuicios, sin llegar a ninguna conclusión, ve con claridad que son los propios seres humanos quienes han creado esta sociedad monstruosa, decadente y corrupta. Esto es también un hecho: ustedes son el mundo, y el mundo es lo que son ustedes.
Ustedes son la sociedad; la cultura en la que han nacido y en la que se les ha educado, esa cultura, esa sociedad es el resultado de sus esfuerzos, su codicia, su crueldad, su violencia. Por lo tanto, ustedes son el mundo, son la comunidad, la sociedad, la cultura; dense cuenta, por favor, de que la corrupción, el desorden, la insensibilidad, las brutalidades y la total indiferencia son su responsabilidad; cada uno es responsable.
Son ustedes quienes han construido a través del tiempo esta estructura social con sus divisiones; son ustedes quienes han elaborado las religiones, los credos, los innumerables y ridículos dioses, y son quienes han edificado esta sociedad. Así pues, no es un enunciado teórico que el mundo es lo que son ustedes, y ustedes son el mundo; no son meras palabras sino un hecho real. Deben darse profunda cuenta de esto, deben sentirlo con el corazón, no con sus pequeñas mentes insensibles y mezquinas; porque es un hecho, no es una teoría ni una idea.”
“Porque el hecho es lo que ustedes son, no como teoría sino como realidad; el hecho es que la comunidad, la sociedad, la cultura en las que se le ha educado, las ha construido el ser humano a través de los siglos. Y uno es el resultado de todo eso. Así pues, para que se produzca un cambio en la estructura externa de nuestro corrupto orden social, uno debe cambiar completamente su mundo interior.”
“Usted y el mundo no son dos entidades diferentes. Usted es el mundo, no como un ideal sino de hecho… Como el mundo es usted mismo, al transformarse usted produce una transformación en la sociedad… Un hombre no puede cambiar el mundo, pero ustedes y yo podemos cambiar el mundo juntos.”
Anna Alexandra Alighieri