Cierra los ojos, respira profundo y lento un par de veces, suavemente abre
tus ojos y observa a tu alrededor. Lo que ves a tu alrededor es un espejo,
un reflejo de tu interior, ¿qué te trasmite ese mueble que estás viendo?
¿qué te trasmiten los ruidos que escuchas?, ¿qué te trasmite la temperatura
del lugar? Mira a tu alrededor y trata de percibir qué te trasmite tu
entorno, no uses muchas palabras, detecta la emoción, el sentimiento, ¿te
gusta? ¿te disgusta? ¿te trasmite paz, risa, urgencia, nostalgia? Sea lo que
sea, acéptalo sin juzgarlo y da las gracias porque eres capaz de observar tu
mundo de esta manera. Así comienzas a hacerte dueño de tus creaciones y,
desde este punto de reconocimiento, no juicio, aceptación y gratitud puedes
iniciar los cambios para una vida más plena.