¿Cuál es el estado de su nervio vago?

¿Cuál es el estado de su nervio vago?
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Tenemos doce pares de nervios que emergen del cráneo (los demás nacen de la médula espinal, que discurre por el interior de la columna vertebral a lo largo del cuello y la espalda). Los nervios craneales controlan principalmente lo que ocurre en la cara y el cuello, pero el décimo par llega mucho más allá.

Este nervio nº 10, llamado “nervio vago”, influye en el cuerpo y el cerebro mucho más de lo que la mayoría de las personas cree.

Los nervios que nos relajan
En terminología médica, el “sistema nervioso parasimpático” es el responsable de promover y mediar en aquellas funciones que permiten al cuerpo relajarse y lentificarse. Por el contrario, el “sistema nervioso simpático” induce en el cuerpo humano los mecanismos necesarios para afrontar el estrés y los estados de defensa, aumentando el ritmo cardíaco y la presión arterial, preparándonos así para la actividad, sea ésta física o intelectual.

La lógica es la siguiente: el cuerpo puede tener de pronto una necesidad imperiosa, por ejemplo, de escapar o defenderse. En esos casos, la sangre se retira de los órganos que no tienen que cumplir una tarea de forma inmediata, como el estómago, para llegar hasta el corazón, los músculos y el cerebro, que son los que necesitan funcionar con intensidad. El sistema nervioso simpático es el que organiza esta reacción, liberando en el cuerpo un producto químico que activa los nervios simpáticos (lo llamamos “neurotransmisor”): la adrenalina.

Cuanta más adrenalina se tenga, más en estado de alerta y preparado se sentirá uno.

Cuando el peligro ha pasado, o la acción se ha terminado, se retoman las funciones de mantenimiento del cuerpo. Es el turno entonces del sistema nervioso parasimpático, que calma el corazón, ralentiza la respiración y redirige la sangre hacia el sistema digestivo. Los nervios del sistema nervioso parasimpático se activan mediante otro producto químico (neurotransmisor): la acetilcolina.

A este “sistema nervioso parasimpático” también se le llama “sistema nervioso vagal”, ya que su nervio principal es el nervio vago, del que estaba a punto de hablarle.

El nervio vago permite que el cuerpo se relaje, ralentiza el ritmo cardiaco, disminuye la tensión arterial y regula la digestión y el sueño.

Ahora ya entiende por qué estas funciones diferentes van de la mano.

Cuando el nervio vago se encuentra sobreactivado en exceso, usted se relaja tanto que puede llegar a desmayarse. Es lo que conocemos como “síndrome vaso-vagal” o “síncope vaso-vagal”, que consiste en una simple pérdida de conocimiento, en general sin mayor gravedad.

Sin llegar hasta ese punto, estimular bien el nervio vago produce numerosos beneficios.

Más allá de la simple relajación
El nervio vago permite, por tanto, relajarse después de la acción, retomar el proceso digestivo o incluso el sueño.

Pero sus beneficios no se quedan ahí.

El intestino acoge también el 80% de las células del sistema inmunitario, por lo que la activación del nervio vago aumenta las funciones inmunitarias y antiinflamatorias.

Asimismo, estimular el nervio vago ayuda a las personas con sobrepeso a adelgazar. Al proporcionar una sensación de saciedad, sentimos una menor tentación de buscar en la comida placer o consuelo o una forma de luchar contra el estrés y la ansiedad.

Por último, de forma experimental y sin que sepamos exactamente por qué, la estimulación artificial del nervio vago puede ayudar a salir de la depresión a las personas que no han reaccionado a otro tipo de tratamientos. En todo caso, hay que tener cuidado, ya que la estimulación del nervio vago mediante un proceso artificial, como puede ser con la implantación de un aparato similar al marcapasos, también produce importantes efectos no deseados, en cuyo caso se debería evitar. (1)

Cómo estimular el nervio vago de manera natural
Normalmente la estimulación del nervio vago pasa por una operación quirúrgica y la implantación de un dispositivo. A pesar de su eficacia, el procedimiento conlleva riesgos y es preferible estimular el nervio vago sin cirugía.

Los médicos conocen numerosas “maniobras vagales”, que son procedimientos que permiten estimular el nervio y que practican a personas cuyo ritmo cardiaco es demasiado rápido (taquicardia) o que sufren de hipertensión. Estas “maniobras” consisten sobre todo en:

Aguantar la respiración.

Colocar un paño húmedo y fresco sobre la cara.

Presionar fuertemente sobre los ojos (compresión de los globos oculares).

Beber un vaso de agua fría rápidamente.

Acostarse sobre una superficie inclinada, con la cabeza hacia abajo (posición de Trendelenburg).

Contraer el abdomen como si se fuera a recibir un golpe en el estómago.

Inspirar profundamente hinchando el vientre (es la mejor forma de estimular el nervio vago, al oxigenar la sangre).

Aprender a estimular de forma natural el nervio vago tiene grandes beneficios, ayudando al organismo a relajarse. Además, realizar estas maniobras ayuda a no picar ni comer compulsivamente por culpa del estrés y la ansiedad.

¡A su salud!

Juan-M Dupuis

La estimulación del nervio vago en la práctica meditativa

Registros Akashicos David TopíCuando hablamos del proceso de meditación y de los beneficios que trae asociados, hemos de pensar que hay muchas formas de entrar en esos estados de relajación y expansión de la conciencia, y que la técnica para ello es casi tan importante como la práctica.

En todo proceso de aprendizaje de como meditar una de las primeras cosas que hemos de aprender es a respirar correctamente. La respiración no sólo nos suministra oxígeno, sino que también nos proporciona prana o chi, que es, por decirlo así, la energía vital que mantiene nuestros sistemas energéticos y físicos funcionando, y que es la representación “terrenal” de las energías sutiles que nuestra alma recibe del universo. La respiración es la única función del sistema nervioso autónomo que puede ser controlada y regulada por la conciencia, por lo tanto funciona como vínculo entre la dimensión psíquica y física del ser humano; es un puente de conexión entre la mente y el cuerpo.

El poder de la respiración

Unas respiraciones profundas, hechas conscientemente, sirven tanto para calmar nervios antes de una presentación, entrevista o charla en público, como para ponernos en un estado de relajación y calma mental tras una jornada de trabajo. Respirar hondo, llenar los pulmones a tope y luego sacar todo el aire que uno pueda, varias veces, limpia nuestro cuerpo de aire viciado que se acumula y que nunca sale cuando respiramos superficialmente, y nos deja una sensación de frescor interna que es realmente agradable. El hecho de hacer todo esto manteniendo la concentración puesta en el proceso de respirar provoca que la mente esté ocupada en el momento presente, en la inspiración y la expiración, consiguiendo, aunque sea por breves momentos, la paz mental necesaria para entrar en estados de conciencia expandida. Así, respirar y centrarnos en esa respiración, sea con la técnica que sea, ayuda a controlar los procesos del cuerpo, a calmar la mente, a potenciar la concentración y a focalizar la mente, y, por supuesto, ayuda a relajarnos.

La estimulación del nervio vago

Para calmar la mente rápidamente y ayudarnos a entrar en estados mas profundos, empezando por pasar de un estado de actividad cerebral BETA a estados ALFA, hemos de trabajar lo que se conoce como el nervio “vago”. El nervio neumogástrico, conocido como “vago”, empieza en la caja craneal y desciende por el cuello y el tórax hasta llegar al abdomen y es el nervio que confiere sensibilidad a las mucosas respiratorias (faringe, laringe, esófago, tráquea, pulmones y bronquios) y transmite el ritmo, la fuerza y la frecuencia en la respiración. Es el nervio vago el que pone en comunicación el diafragma con el cerebro, entre psique y soma o soma y psique y transmite nerviosismo o sosiego, ira o calma.

Cuando se estimula este nervio, se producen los efectos de relajación y tranquilidad mental de forma mas eficaz y profunda, bases para poder luego seguir con la meditación con el formato o propósito que nos hayamos marcado.

Técnica de respiración y estimulación del nervio vago

El método de respiración que os explico para estimular y activar el nervio vago es muy sencillo. Inspirando por la nariz, usando respiración abdominal o diafragmática. Cuando se realiza este tipo de respiración profundamente se lleva aire a la parte más baja de la caja torácica. La respiración se ha de hacer de forma lenta y profunda, con lo que se efectúa un adecuado uso del diafragma. Lo que hacemos es lo siguiente: inspiraremos tranquilamente contando mentalmente hasta 4, mantendremos el aire en los pulmones contando hasta 6, y lo expulsaremos de nuevo contando hasta 4, pero al expulsarlo, lo haremos como si estuviéramos echando vaho a unas gafas para limpiarlas, es decir, contrayendo ligeramente los labios, de forma que al exhalar, se estimule el nervio vago.

Este simple procedimiento, practicado con regularidad, no solo nos instaura de forma natural la respiración abdominal sino que consigue estimular este nervio vago, permitiéndonos disfrutar y recoger los beneficios de la relajación mental y del proceso de meditación que hagamos a continuación.

Por David Topí

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Let Go, Let God

Don´t worry, be "Larry", be like that guy that seems to be happy and not pursuing non running under any affair in live, we are here to learn with joy and passion so get things done the easy way. You are Wellcome!

I love to drink Seawater and also to Sungaze, you want to review this for your benefit.

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