Viernes 16 de Dicembre de 2011
Curando el mal de la dilación
La única cura para la dilación es la acción. Ve más allá de desearlo, soñarlo, considerarlo, debatir las opciones y encárgate de que suceda de una vez.
Si, será un poquito incómodo, requerirá esfuerzo, demandará compromiso y te meterás en desafíos complicados. Así que pregúntate si realmente tienes la intención de hacer que suceda o si vas a preferir postergarlo una y otra vez de manera tal que nunca se concrete.
Lo que se concreta, lo que se lleva a cabo, es lo que se hace ahora. En un ratito, en un par de semanas, en algunos años, cuando encuentres el tiempo para hacerlo, estos “algún día”, nunca llegan.
Reemplazar “nunca” por “algún día” ayuda, porque te obligará a confrontar con el asunto en cuestión. Date la opción de elegir entre hacerlo ahora o no hacerlo nunca y, si realmente es importante para ti, lo más probable es que decidas hacerlo ahora.
Este momento, ahora mismo, está lleno de un valor inmenso. Puedes decidir poner manos a la obra y hacer tuyo ese valor, o puedes optar por no hacer nada dejando así atrás y para siempre su enorme tesoro.
Decide aceptar la tremenda oportunidad que ya está a tu alcance. Deja de lado las excusas, y haz que este sea el momento en cual pegues el salto hacia acciones reales, concretas, efectivas y plenas de sentido.
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(¸.•´ Paz y Amor (¸.•`
UCDM – LECCIÓN 350 Los milagros son un reflejo del eterno Amor de Dios. Ofrecerlos es recordarlo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo.
Lo que perdonamos se vuelve parte de nosotros, tal como nos percibimos a nosotros mismos. Tal como tú creaste a Tu Hijo, él encierra dentro de si todas las cosas. El que yo Te pueda recordar depende de que lo perdone a él. Lo que él es no se ve afectado por sus pensamientos. pero lo que contempla es el resultado directo de ellos. Así pues, Padre mío, quiero ampararme en Ti. Sólo Tu recuerdo me liberará. Y sólo perdonando puedo aprender a dejar que Tu recuerdo vuelva a mi, y a ofrecérselo al mundo con agradecimiento.
Y a medida que hagamos acopio de Sus milagros, estaremos en verdad agradecidos. Pues conforme lo recordemos, Su Hijo nos será restituido en la realidad del Amor.
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(¸.•´ Paz y Amor (¸.•`
N S 1. 24. 6. 4. Kali. Plata. Mantra: HRIM. Centro Secreto (viernes 16-12-2011)
TIERRA RÍTMICA ROJA – Kin 96
TIERRA: Acción: EVOLUCIONAR. Poder: NAVEGACIÓN. Esencia: SINCRONICIDAD.
RITMICA: Acción: EQUILIBRAR. Poder: ORGANIZAR. Esencia: IGUALDAD.
Cámara Rítmica, manda la Igualdad. Administra el desafío.
El Humano vive en la Tierra, donde tiene que alcanzar el equilibrio y organizar su vida de tal manera que le lleve a la iluminación. En estos momentos, a día de hoy, sabemos que la Tierra es la gran olvidada de la mayoría de los gobiernos mundiales, tienen más intereses políticos y económicos que ecológicos. Ante estos eventos, debemos nosotros ayudar a la Tierra-Gaia, con oraciones, actuaciones conscientes y bendiciones. NAVEGAMOS POR EL ESPACIO JUNTO CON TODA LA GALAXIA, EN UN ORDEN DE GRAN SABIDURÍA CÓSMICA LLENA DE SINCRONICIDAD. ¡YO, UN HUMANO, FORMO PARTE DEL PLANETA, DEL SOL, DE LA GALAXIA Y DEL COSMOS! ¡SOY PEQUEÑO PERO A LA VEZ GRANDE! ¡SOY UN MICROCOSMOS EN UN MACROCOSMOS! ¡AMBOS FUNCIONAMOS DE IGUAL MANERA!
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(¸.•´ Paz y Amor (¸.•`
Pensamiento del viernes 16 de diciembre de 2011
“Imponerse a los demás, darles órdenes, los humanos hacen esto espontáneamente. Pero cuando un deseo se manifiesta en ellos y les oprime como una serpiente, se ponen a su disposición y capitulan sin resistencia. Analizaos y veréis que, incluso con vosotros, así es como suceden las cosas.
Los humanos son capaces de dar órdenes a los demás, pero son incapaces de dárselas a sí mismos para restablecer la situación. Pero, el trabajo del discípulo consiste precisamente en tomar conciencia de su ser interior para restablecer el orden en él, para reencontrar la realeza perdida, de la que ha sido desposeído por sus deseos inferiores y sus pasiones. Todos los trabajos que pueda realizar en los otros terrenos palidecen ante la importancia de un único trabajo: ponerse en armonía con el cosmos e instalar esta armonía en su propio reino imponiéndose a su pueblo, es decir a sus células. Les dice: «¡Haréis mi voluntad y nada más!» y ellas se verán obligadas a someterse, porque se impone a ellas, no en virtud de su autoridad personal, sino gracias a su obediencia a las leyes divinas. Es así cómo reencontrará su realeza.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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